Nueva York.- La mañana del 11 de septiembre de 2001, el presidente George W. Bush se encontraba en la escuela primaria Emma E. Booker, en Sarasota, Florida, cuando recibió la noticia del ataque terrorista más devastador en la historia de Estados Unidos. Pese a conocer que un avión había impactado la Torre Norte del World Trade Center antes de su entrada, decidió no cancelar su visita y siguió con su agenda.
La lectura que dejó una imagen para la historia
A las 9:05 a.m., mientras estaba sentado en una clase de lectura frente a 16 alumnos de segundo grado, su jefe de Gabinete, Andrew Card, le susurró al oído:
"Un segundo avión golpeó la segunda torre. Estados Unidos está bajo ataque".
En lugar de reaccionar de inmediato, Bush permaneció en su asiento durante siete minutos, inmóvil, con la mirada perdida mientras sostenía un libro infantil titulado "La cabra mascota". Este momento, capturado por las cámaras, generó críticas y burlas a lo largo del tiempo.
El intento de proyectar calma en medio del caos
Durante los primeros tres minutos de la lectura, Bush interactuó con los estudiantes, sonriendo y mostrándose relajado. Sin embargo, tras recibir la impactante noticia, su expresión cambió. Aunque trató de mantener la calma, se le vio visiblemente afectado, mordiéndose el labio inferior y observando con preocupación a los periodistas al fondo de la sala. Mientras la clase continuaba, Bush intentó seguir con la lectura, pero su mente claramente estaba en otra parte.
Te podría interesar
Las justificaciones del presidente y el mensaje al país
En su testimonio ante la comisión investigadora, Bush explicó que su reacción instintiva fue proyectar calma para evitar que el país viera una respuesta exaltada en un momento de crisis. Después de abandonar la clase, se dirigió a la biblioteca de la escuela, donde 30 minutos más tarde dio su primer discurso a la nación.
"Hoy tuvimos una tragedia nacional. El terrorismo no podrá contra nuestra nación".