¿Quién es Samara Martínez, joven que busca legalizar la eutanasia en México?

La vida de Samara no ha sido sencilla por lo que ella lucha por una muerte digna.

El martes pasado Samara Martínez presentó en el Senado la llamada Ley Trasciende, una iniciativa ciudadana que busca regular la eutanasia y el suicidio asistido en México.
El martes pasado Samara Martínez presentó en el Senado la llamada Ley Trasciende, una iniciativa ciudadana que busca regular la eutanasia y el suicidio asistido en México. Créditos: Nmas/ Despierta
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Ciudad de México.-  El pasado martes, Samara Martínez presentó en el Senado la iniciativa ciudadana Ley Trasciende, un proyecto que busca regular la eutanasia y el suicidio asistido en México.

La activista aclaró que la propuesta no promueve la muerte, sino que pretende “humanizarla”, garantizando que los pacientes terminales puedan decidir sobre el final de su vida.

“La Ley Trasciende no busca promover la muerte, busca humanizarla”, señaló Martínez, quien además plantea fortalecer la Ley de Voluntad Anticipada, ampliar el acceso universal a cuidados paliativos y reconocer la autonomía de los pacientes para decidir cómo desean vivir sus últimos días.

¿Quién es Samara Martínez?

Samara Martínez Montaño, de 30 años es originaria de Guadalajara, Jalisco. La joven ha enfrentado enfermedades crónicas durante más de una década.

Samara que es periodista, académica y activista, fue diagnosticada a los 16 años con hipertensión y dislipidemia; más tarde se confirmó que padecía lupus eritematoso sistémico e insuficiencia renal crónica, lo que la mantiene conectada hasta 10 horas diarias a diálisis.

En los últimos tres años, Samara ha atravesado dos trasplantes de riñón fallidos: el primero, donado por su hermano menor, sufrió trombosis a los cuatro días; el segundo, de un donante cadavérico en 2023, también fue rechazado por su cuerpo.

Durante la presentación de la Ley Trasciende, Martínez relató cómo estos años de enfermedad la han llevado a enfrentar un intenso desgaste físico y emocional:

“Mi cuerpo ha sido mi campo de batalla, pero mi enfermedad también ha sido mi maestra. He aprendido que la vida no se mide por los días que respiramos, sino por la dignidad con la que vivimos. No soy cobarde; lo que he hecho los últimos 10 años es luchar. Mis 20 se me fueron en luchar”, expresó.

Reconoció además el agotamiento que implican los tratamientos constantes: “Mi cuerpo estaba muy cansado… perder la esperanza después de intentarlo es muy desgastante”.

Actualmente, la eutanasia activa sigue prohibida en México, aunque 15 estados reconocen la Ley de Voluntad Anticipada, que permite a los pacientes rechazar tratamientos que prolonguen su sufrimiento.

Esta legislación, sin embargo, no contempla la posibilidad de solicitar asistencia médica para terminar la vida de manera legal y controlada.

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