México.-México ha atravesado temperaturas extremas debido a diversas olas de calor en los últimos años.
En 2024, el país registró seis olas de calor, alcanzando cifras récord en diversas regiones, según la Gaceta UNAM.
Estados como Yucatán y Sonora vivieron temperaturas superiores a los 40 grados centígrados durante días consecutivos, lo que generó afectaciones en la población y el medio ambiente.
Las altas temperaturas no solo impactaron la vida cotidiana, sino que también contribuyeron a incendios forestales, sequías severas y problemas en el suministro de agua potable en varias regiones del país.
Para 2025, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) estima que se presentarán entre tres y cuatro olas de calor.
Te podría interesar
Aunque estas podrían no ser tan intensas ni prolongadas como las del año anterior, se espera que continúen impactando la vida diaria de muchas personas.
¿Qué define una ola de calor?
De acuerdo con Jorge Zavala Hidalgo, director del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, no todos los eventos calurosos se consideran olas de calor.
Estos fenómenos se caracterizan por la combinación de temperatura extrema, duración y su relación con los patrones climáticos locales.
Es decir, una ola de calor no es solo un día extremadamente caliente, sino una tendencia sostenida de temperaturas elevadas por varios días consecutivos, lo que incrementa el riesgo de deshidratación y enfermedades relacionadas con el calor.
Zavala Hidalgo señala que, aunque 2025 podría ser menos caluroso que 2024, la Organización Meteorológica Mundial advierte que las olas de calor seguirán aumentando en frecuencia e intensidad hasta 2060, independientemente de la reducción de gases de efecto invernadero.
¿Qué provoca el aumento de las olas de calor?
El principal factor detrás del incremento en la intensidad de las olas de calor es el cambio climático.
Este fenómeno global es impulsado por la acumulación de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso, que atrapan el calor en la atmósfera y elevan las temperaturas globales.
Además, la deforestación y la urbanización sin planificación adecuada también contribuyen a que las ciudades experimenten temperaturas aún más elevadas, lo que se conoce como el efecto isla de calor.
El calentamiento global no solo afecta las temperaturas en las ciudades, sino que también altera los patrones de lluvia, lo que puede provocar sequías más prolongadas y dificultar la producción de alimentos.
Las altas temperaturas también afectan la biodiversidad, pues muchas especies tienen dificultades para adaptarse a los cambios drásticos en el clima.
Consejos para mitigar los efectos de las olas de calor
Dado que las olas de calor continuarán ocurriendo en los próximos años, es importante tomar medidas para minimizar sus impactos. Algunas recomendaciones incluyen:
- Mantenerse bien hidratado y evitar bebidas azucaradas o alcohólicas.
- Usar ropa ligera y de colores claros para reflejar el calor.
- Permanecer en lugares frescos y ventilados durante las horas de mayor calor.
- Evitar la exposición prolongada al sol, especialmente entre las 12:00 y las 16:00 horas.
- Estar atentos a señales de golpe de calor, como mareos, piel enrojecida y sudoración excesiva.
- Reducir el uso de vehículos y optar por medios de transporte sostenibles para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero.
Las olas de calor en México continuarán siendo una preocupación en los próximos años.
Aunque en 2025 se esperan menos eventos extremos en comparación con 2024, el calentamiento global sigue afectando los patrones climáticos y aumentando la frecuencia de temperaturas extremas.
La reducción de emisiones y la adaptación a estas condiciones serán clave para mitigar sus efectos en la salud y el medio ambiente.
Asimismo, es fundamental que las autoridades implementen políticas para mejorar la infraestructura urbana y garantizar el acceso a agua potable en las regiones más afectadas por el calor.