Estos son los posibles candidatos a suceder al Papa Francisco tras su muerte

El próximo Papa será elegido bajo estrictas reglas dentro de los muros del Vaticano.

Créditos: EFE
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Italia.- Cuando un Papa muere o decide renunciar, se activa un protocolo ancestral que mezcla simbolismo, sigilo y una rigurosa normativa. Comienza entonces un tiempo conocido como sede vacante, en el que la silla de San Pedro queda vacía y el mundo católico, con sus mil 300 millones de fieles, espera por un nuevo líder espiritual.

Este proceso no es cualquier elección. Ocurre bajo estrictas reglas dentro de los muros del Vaticano, específicamente en la Capilla Sixtina, y tiene sus propios rituales: juramentos solemnes, papeletas cosidas con hilo tras el conteo, y humo blanco o negro que emerge sobre Roma anunciando si ya hay nuevo papa o no.

Los cardenales menores de 80 años son los únicos autorizados a votar, y su número se limita a 120. Sin embargo, este número puede variar dependiendo de las circunstancias del momento.

Aunque los mayores de 80 no tienen voto, sí pueden participar en las congregaciones generales previas, donde se discuten los retos de la Iglesia. Fue precisamente en esas reuniones, en 2013, donde Jorge Mario Bergoglio pronunció un discurso que lo catapultó al papado.

¿Quiénes son los posibles candidatos?

Aunque en teoría cualquier hombre bautizado en la fe católica puede convertirse en Papa, desde 1378 solo se han elegido cardenales. Entre los nombres que suenan actualmente están:

  • Pietro Parolin (Italia, 70 años): actual secretario de Estado y con amplia trayectoria diplomática.
  • Marc Ouellet (Canadá, 80 años): ex jefe de la oficina de obispos del Vaticano.
  • Christoph Schoenborn (Austria, 80 años): teólogo cercano a Benedicto XVI, con apoyo conservador.
  • Luis Tagle (Filipinas, 67 años): una figura carismática, responsable de las misiones vaticanas.
  • Matteo Zuppi (Italia, 69 años): muy cercano al papa Francisco, lideró el episcopado italiano.

¿Cómo se desarrolla el cónclave?

El cónclave arranca con una misa solemne. Luego, los cardenales ingresan a la Capilla Sixtina y se realiza una primera votación esa misma tarde. Si no hay resultado, se continúan celebrando dos votaciones por la mañana y dos por la tarde cada día.

Las papeletas tienen la inscripción “Eligo in Summum Pontificem” y espacio para escribir el nombre del elegido. Cada cardenal jura ante Cristo que su voto refleja su conciencia. Luego deposita el papel doblado en una urna.

Tres cardenales, designados como escrutadores, leen en voz alta cada nombre y contabilizan los votos. Para que alguien sea electo, debe alcanzar una mayoría de dos tercios.

En caso de no lograrse, las papeletas se perforan con aguja e hilo, se anudan, se colocan en una bandeja y se queman. El humo que sale por la chimenea de la Capilla Sixtina marca el resultado: negro si no hubo elección, blanco si hay nuevo papa.

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