En un salón de clases al sur de la Ciudad, una maestra deja huella en sus alumnos. En casa, predica con el ejemplo. Por eso, cuando un entrenador mandó a banca a su hijo, Carlos Rodríguez, ella y su esposo le agradecieron, de tal forma que le brindó una lección que le marcó de por vida.
“Cuando estuvo en la Sub 17 de Rayados, siempre tuvo un proceso de nada de banca, nada de cambio, jugaba todos los minutos, cobraba los penales, tiros libres, tiros de esquina, pero llega a la Sub 17 y cada entrenador tiene su estilo, pero al entrenador había algo no le gustaba de él. Lo banqueaba y lo banqueaba, me tocó en un partido en El Cerrito, todos salieron a saludarse y él estaba detrás de la banca, le grité y le dije acércate”, recuerda su padre Rubén Rodríguez.
“A ese entrenador (Juan Carlos Barrón) tenemos mucho que agradecerle, porque le hizo formar un carácter. Le dijimos (a Charly): ‘ahorita ya terminó la temporada, pero el día de mañana vas a ver a tu profe, dale las gracias y bendícelo”, explica.
La madre de Charly Rodríguez, Martha Alicia Gómez, dice que desde pequeño le inculcaron que tomara con seriedad cada consejo de los entrenadores.
“Cada entrenador ha tenido impacto en la vida de Carlos, de cada entrenador él ha aprendido algo, entonces él aprendió cuando lo banqueaban, le decía: ‘si usted está en la banca, es porque tiene que mejorar algo’”, recuerda.
“Yo le decía a él siempre desde pequeñito, usted tiene que ser siempre el número uno, como persona, como ser humano, como jugador, siempre se tiene que destacar, cuando un entrenador le decía algo, él tomaba las cosas muy seriamente, supo estar en la banca, supo que no teníamos a veces los recursos económicos para trasladarlo. Ha venido desde abajo”, añade.
La disciplina ha sido la llave que a “Charly” le ha abierto en el futbol puertas hacia lugares cada vez más importantes, tanto que este lunes ha quedado en la lista definitiva de jugadores convocados por el técnico de la Selección Mexicana, Gerardo “Tata” Martino, para el Mundial de Qatar 2022.
“Mientras yo selecciono mis tachones para a ir a jugar al otro día, mis amigos están seleccionando los zapatos para ir a un quinceaños”, recuerda su padre Rubén Rodríguez, que le decía Charly.
A los seis años ya integraba el equipo Chivas, ubicado en la colonia Jardines Anáhuac. Y a los 8 pasó a la Escuela Rayados San Nicolás, bajo las órdenes de Eliseo Aceves. Desde pequeño creció en la Colonia Fuentes de Anáhuac, en San Nicolás de los Garza.
Su mamá recuerda aquellos esbozos de la niñez, cuando asomaba el jugador en el que ahora se ha convertido, pues a su abuelita le recitaba los nombres de los jugadores que militaban en los equipos europeos.
“Cuando pasábamos por una casa que me gustaba, me decía ‘yo te voy a comprar una casa porque yo voy a llegar a ser un futbolista grande’”, recuerda.
Por aquel entonces, su ídolo era Samuel Eto, delantero del Barcelona. También admiraba a Lionel Messi, a quien, regalos de la vida, podría enfrentar en Qatar, en el duelo que México tendrá contra Argentina.