Una tarde no tan cualquiera en que la expectativa se hacía nudo, Desirée Monsiváis por fin recibió la visa con la que Escocia le abriría las puertas; a partir de ahí las manecillas de su reloj fueron tragadas por la vorágine del tiempo: boletos del vuelo, reservaciones, maletas, llamadas y la avalancha de realidad que se le desbordó con nostalgia y júbilo.
Y 24 horas después, el jueves, la máxima goleadora del fútbol mexicano cruzaba la entrada del Aeropuerto Internacional de Monterrey con tan solo dos maletas, descomplicada, viajando ligera. A punto de decirle adiós a la tierra donde consagró su carrera deportiva, Desirée se confiesa en entrevista exclusiva con ABC Deportes: “me siento plena, me siento feliz”.
Para la delantera de 34 años y originaria de Gómez Palacio, Durango, dejar Rayadas de Monterrey para integrar al Glasgow City FC, no fue una decisión sencilla a nivel emocional. El desapego, por el equipo de sus amores, por la afición que ella adora, por la ciudad que la adoptó como regia, implicó un doloroso proceso.
“Esto ya lo había meditado, ya tenía mi duelo, yo cuando decidí tomar esta decisión de acción de irme a otro país, la verdad que sí lloré un poco y dije ‘me voy a desprender, de lo que es mi equipo, mi pasión’, pero, se trata de soltar, se trata de crecer, se trata de ir a buscar los sueños, con miedo o sin miedo, pero sin duda la vida para eso es”, cuenta Monsiváis.
Antes de tomar el vuelo, Desirée vuelve la vista 12 años atrás, dibujando en su memoria la postal de la delantera universitaria de las Aztecas de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), aquella cuyo rendimiento le resultó entonces en una convocatoria a la Selección Mexicana Femenil. A pregunta expresa, Monsiváis responde lo que hoy podría decirle a la estudiante que fue si pudiera viajar en el tiempo.
“Yo le diría a esa niña que sin duda arriesgara todo, así como se salió de Gómez Palacio y se fue a estudiar, a sacar una carrera, y sin duda fue goleadora y sin duda hizo que los demás confiaran en ella, le diría ‘vas bien, pero dalo más, dalo al máximo’, porque sin duda tuviste oportunidades, pero si lo doy el 300 por ciento hubiera tenido el triple o un poco más”, dijo.
Su reflexión es precisamente su distintivo: una férrea disciplina, autoexigencia, autoestima y confianza en su talento, fórmula con la que la arquitecta se permite diseñar un ambicioso futuro profesional, pues confiesa que su estadía en Europa no tiene más propósito que el hecho de aprender, crecer profesionalmente y regresar a México.
“De pronto me ven tan segura y me ven tan determinada que ya ven una visualización de lo que es mi carrera, y me dicen ‘tú da lo máximo, mete más goles, pero te queremos de directora técnica, te queremos de directora deportiva’, sí me veo así, pero le voy a tirar más todavía, quiero meterme a lo más digamos, detalles perfectos”.
Desirée se muestra consciente de las carencias y áreas de oportunidad que hoy enfrenta la Liga MX Femenil, y lanza la advertencia de su regreso “cuando regrese a México podré llenar esos huequitos que hacen falta”.
Con una playlist liderada por Rosalía, Carol G y Bad Bunny, y con el libro físico de El Monje que vendió su Ferrari, Desirée se dispone a decirle hasta pronto a Monterrey
“Llevo como un cofrecito en mi corazón la carne asada, todas las fiestas, todo el glamur que era después de un partido, ir y saludarlos a todos, tomarnos las fotos hasta el último que se fuera a ir me tomaba fotos con ellos. Me llevo un corazón grande con mucha motivación, y sin duda siempre les voy a decir que voy a regresar”.
Y avanzando ya hacia el viejo continente remata y anota “Siempre recuerden que, si lo crees, lo creas”.