Londres.- El Tottenham cerró este domingo el año 2024 con las buenas sensaciones que adquirió al inicio de curso, cuando el australiano Ange Postecoglou se hizo con las riendas del plantel, y, después de superar el tropiezo ante el Brighton en la jornada pasada, volvió a ganar tras frenar al Bournemouth de Andoni Iraola, que llegó a Londres impulsado por cuatro victorias consecutivas.
El conjunto del técnico español pagó excesivamente sus errores. Volvió a perder ocho partidos después, desde que cayó en noviembre con el Manchester City, a pesar de haber dominado gran parte del encuentro contra el Tottenham, al que arrinconó y bombardeó con balones aéreos durante muchos minutos.
Salió airoso de esa avalancha el equipo local que recuperó el pulso del partido en el tramo final, cuando lo sentenció para sumar tres puntos y acechar, de nuevo, la zona de liga de campeones de la Premier en la que estuvo instalado durante varias jornadas.
El Bournemouth, con seis triunfos y un empate en sus últimos siete encuentros como hoja de servicios pagó su desacierto. Un gran error, de bulto, del portero Neto, que envió un saque de puerta al uruguayo Rodrigo Betancour, marcó el desarrollo del cara a cara. Betancour encontró al argentino Giovani Lo Celso que asistió al senegalés Pape Matar Sarr que disparó con acierto y puso por delante a los locales.
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Tuvo el segundo en los mejores momentos del Tottenham Emerson Royal que obligó a Neto a una buena intervención. Y después Heung Min Son, como le gusta, con espacio. Una contra que resolvió mal y perdonó al Bournemouth.
Una vez asumió el mazazo el conjunto de Iraola respondió con determinación. Agarró el partido con firmeza y se hizo acreedor a un gol, a la igualada. A un premio que no llegó. No llegó en un tiro libre de Marcus Tavernier ni en una oportunidad de Dominic Solanke, tuvo unas cuantas, que repelió el larguero en una de las últimas jugadas de la primera parte del partido.
Sufría el Tottenham amparado en el buen trabajo de sus centrales, Emerson y Ben Davies que se multiplicaron, y en la autoridad por alto del meta Giuglielmo Vicario.
Solanke era una pesadilla pero sin puntería. Estaba en todas partes y tuvo las mejores ocasiones visitantes. Tanto desacierto terminó por frustrar al Bournemouth un equipo de autor que no se dio por vencido.
Ni siquiera cuando Heung Min Son pareció sentenciar tras culminar un buen pase de Giovani Lo Celso que le dejó solo ante Neto para firmar el segundo o cuando, ocho más tarde, en el 80, Richarlison llevó a la red un pase de Pedro Porro desde la derecha.
Aún así, con el partido roto, buscó su premio el equipo de Iraola que acortó distancias a seis del final, por medio de Alex Scott que remató de primeras, en el punto de penalti, un pase de Tavernier.
Quería más el Bournemouth y se lanzó al ataque con todo. Dejó al aire a su defensa por lo que cualquier cosa, cualquier marcador se podía dar. El español Bryan Gil, que saltó al campo en el tramo final, estrelló un balón en el larguero, de cabeza. El marcador no se movió. Reaccionó el Tottenham, se frenó el Bournemouth de Iraola.