Panamá.- El futbol profesional permite que una persona en cualquier parte del mundo cambie su realidad de un momento a otro, como es el caso de la panameña Erika Hernández que pasará de jugar en la calle por un refresco grande a representar a su país en la Copa del Mundo.
Hernández, de 23 años de edad, se define como una chica que ama el fútbol, le gusta bailar, es la chispa del camerino y una soñadora que vive una realidad que algún momento veía lejos: jugar el Mundial Femenil.
La joven, que se volvió viral por sus bailes en Tik Tok tras la clasificación de su selección, contó que desde niña dijo “no” a las Barbies, para abrazar el balón, aunque tuviera que jugar solo con varones.
"Veía a mis hermanos y primos jugando en la calle y me metía ... En realidad nunca me pasó por la cabeza otro deporte, solo fútbol y fútbol", apuntó la jugadora, que actualmente milita en el Club Plaza Amador del fútbol panameño femenil.
La futbolista anotó sus primeros tantos en la cancha del puente rojo a menos de cinco minutos de su casa, ubicada en Samaria sector 4 en el distrito San Miguelito, en la capital de Panamá.
Te podría interesar
Ese camino mundialista comenzó con torneos en la calle, por un envase de refrescos grande, ahora Erika suspira, sonríe y dice: "ahora miro y analizó que el trofeo por el cual saldremos a competir, no es una bebida grande es el del Mundial".
Erika reconoce que están ansiosas por jugar el torneo y que su debut frente a Brasil, el 24 de julio próximo será especial, ya que era algo que solo podía ver por televisión y soñaba con ser la protagonista de esos partidos, enfrentando a potencias como la ‘canarinha’ o Francia.
"El debut... Me lo imagino, primero escuchar el himno nacional, siento que todas vamos a llorar, porque es un sueño que todas teníamos, el momento de escuchar el himno será el mejor", precisó.
Erika reveló que la tensión era alta antes del partido contra Paraguay, pero no era para menos, porque sólo cuatro años atrás vieron cómo todo acabó en el repechaje ante Argentina. Agregó que cuando estaban en la cancha la consigna general era: "por nuestros sueños, por nuestros sueños".
El fútbol le ha regalado a Erika muchas alegrías, le ha dado lecciones y algunas tristeza, pero esta chica de abundante cabellera atesora los lugares que ha viajado junto a su amigo el balón.
La clasificación de las chicas son un catalizador para que las futuras jugadoras quieran ser como ellas, practicar el fútbol y representar al país.