Monterrey.- Una verdadera fiesta incomparable es lo que viven los aficionados de Tigres en la Macroplaza de la ciudad de Monterrey, para festejar el octavo campeonato de liga en la historia de su equipo.
Desde temprana hora cientos de aficionados se dieron cita en el lugar para poder disfrutar del juego de vuelta de la gran final, con la ilusión de que su equipo consiguiera el octavo título.
Niños, adultos y familias enteras llegaron a las afueras del Palacio de Gobierno para tomar su lugar desde tres horas antes del partido. Una pantalla gigante frente al palacio de gobierno los esperaba para la transmisión del partido por el título.
Al silbatazo inicial la gente estalló con cánticos de apoyo, sin importar la distancia en una verdadera convivencia tal como en el estadio pese a la lluvia que arreciaba.
Las preocupaciones llegaron cuando cayó el primer gol de Chivas, luego el segundo, pero contrario a lo que se pensaba, el grito de Tigres retumbó en toda la Macroplaza. Pero los goles de Gignac y Córdova empataron el marcador e hicieron renacer las esperanzas de alcanzar el campeonato.
Pero faltaba, a lo mejor, el gol del triunfo en tiempos extra que hizo estallar la felicidad de una hinchada que hoy aguanto todo y tuvo fe en su equipo.
Al final, incluso una propuesta de matrimonio hubo. Todo fue felicidad, la lluvia regresó, pero las calles de la ciudad ya habían quedado pintadas de amarillo con azul, en un festejo que concluyó en el Estadio Universitario.
Una vez que se consumó el nuevo título de los felinos, más aficionados comenzaron a llegar a la Macroplaza, el punto habitual de reunión para festejar los logros deportivos de sus equipos.
Otras personas se dirigieron al Estadio Universitario de San Nicolás de los Garza, a donde el Club Tigres llegará esta madrugada, para festejar su campeonato por todo lo alto.