Montreal.- ‘No hay nadie como Nadia’ es la frase que define la actuación de Nadia Comaneci, la joven rumana que a los 14 años de edad logró un 10 perfecto en gimnasia y ganó una de las medallas de oro más recordadas en la historia de los Juegos Olímpicos.
Se cumplen 47 años de aquel 18 de julio de 1976, en Montreal, cuando por primera vez en la historia se alcanzó la perfección olímpica, un evento tan inesperado que los letreros electrónicos no tenían la capacidad par marcarlo.
Comaneci no era una novata en la gimnasia. A su corta edad ya había ganado cuatro medallas de oro en los Campeonatos de Europa en 1975 y otra presea áurea en la competición "Champions All".
En los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, Nadia solo necesitó 18 segundos para paralizar al mundo y dejar su nombre en los libros de historia del deporte.
Su rutina en las barras asimétricas llamó la atención por su manera de moverse y levitar; el público la envolvió en un aplauso cuando regresó al suelo y los jueces otorgaron un 10 perfecto, la mayor puntuación posible.
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El letrero marcó 1.00, ya que era imposible que alguien consiguiera el 10. La confusión hizo que su entrenador reclamara airadamente por “la injusticia” que se estaba cometiendo, hasta que le explicaron de que se trataba la situación.
Comaneci, en esos Juegos Olímpicos, ganó otras dos medallas de oro, una de plata y una más de bronce.
En Moscú1980 sumó otras dos preseas de oro, dos de plata y una más de tercer puesto en el podio.
Nadia se retiró en 1984, dejando para la historia una fugaz carrera llena de éxitos y una leyenda al alcance de pocos deportistas de élite.
Comaneci no se desligó completamente de los deportes; posee un gimnasio en Rumanía y sirve como presidenta honoraria del Comité Olímpico Rumano.
También es miembro de la Fundación y Federación Internacional de Gimnasia. Además de esto, ha recibido en dos ocasiones la Orden Olímpica.