China.- La participación de una mujer identificada como Nasro Abukar, en los Juegos Mundiales Universitarios de China, causó indignación en Somalia, al tratarse de un caso de nepotismo.
En la prueba de 100 metros en Chengdu (China), “la corredora” tardó el doble que el resto de participantes en cruzar la línea de meta, lo que desató criticas hacia las autoridades deportivas de ese país.
Después de la competencia, el Ministerio de Deportes somalí acusó a la presidenta de la Federación de Atletismo Somalí, Khadijo Aden Dahir, de nepotismo y de ridiculizar al país a nivel mundial.
En el video de la carrera se puede apreciar que la competidora Nasra Abukar Ali, que porta un velo y pantalón, cruzó la meta 10 segundos más tarde que la ganadora.
Posteriormente se reveló que la mujer no era deportista ni corredora, así como tampoco existen sus datos o los de una Federación Somali de deporte universitario, según señaló el ministro de la Juventud y de Deportes, Mohamed Barre Mohamud, en una carta dirigida al Comité Olímpico Nacional de Somalia.
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Debido a esto, el Ministerio de Deportes Somalia despidió hoy a la presidenta de la Federación de Atletismo Somalí, Khadijo Aden Dahir.
"Ha cometido actos de abuso de poder, nepotismo y difamación del nombre de la nación en el ámbito internacional. “(Ali) no es una deportista ni es corredora, dijo el ministro de Deportes de Somalia, Mohamed Barre Mohamud, a través de un comunicado.
Así, el ministro somalí anunció que su Cartera "emprenderá acciones legales tanto contra la presidenta de la Federación de Atletismo de Somalia como contra las personas responsables de la falsificación de la Asociación Deportiva Universitaria de Somalia", una institución que, aseguró, ni siquiera existe.
El vídeo de la competición se hizo viral en las redes sociales, con muchos usuarios destacándolo como un ejemplo de los niveles de corrupción de Somalia.
Somalia vive en un estado de guerra y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin Gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas, como Al Shabab, y señores de la guerra.