Estados Unidos.- Los Angeles Lakers arrancaron la temporada 2024-2025 con pleno de sonrisas: un sólido triunfo ante los Minnesota Timberwolves por 110-103, la primera victoria para JJ Redick como entrenador y el logro histórico de LeBron James y Bronny como el primer dúo padre-hijo en la NBA.
De 39 y 20 años, respectivamente, LeBron (titular) y Bronny (suplente) protagonizaron una imagen memorable cuando entraron juntos a la cancha con 4.00 en el segundo cuarto para convertirse en el primer padre e hijo que juegan juntos en la mejor liga de baloncesto del planeta.
Entre el público estaba su familia, con Savannah James (esposa y madre) al frente, y también Ken Griffey Sr. y Ken Griffey Jr., padre e hijo que lograron un hito similar, pero en su caso en la MLB y en 1990 con los Seattle Mariners.
LeBron, máximo anotador de la historia de la NBA y dueño de incontables récords, añadió esta noche otro más a su colección al iniciar su temporada número 22 en la liga, algo que hasta ahora solo había alcanzado Vince Carter.
Al margen de los James y de Redick, la gran estrella de la noche fue Anthony Davis, soberbio en ataque y defensa y que acabó con 36 puntos (11 de 23 en tiros), 16 rebotes, 4 asistencias y 3 tapones.
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Rui Hachimura también brilló en los Lakers con 18 puntos y 5 rebotes, mientras que LeBron aportó 16 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias. En Minesota, Anthony Edwards fue el faro con 27 puntos (10 de 25), 6 rebotes y 3 asistencias.
Los Lakers masacraron a los Wolves en la pintura (72 por 40 puntos) pero fueron un desastre en el triple (5 de 30, 16,7 %). No obstante, los californianos se beneficiaron de las 16 pérdidas de balón de sus rivales.
Davis resuelve
Ya sin el dominicano Karl-Anthony Towns, estos Wolves que han entregado definitivamente las llaves de la franquicia a Edwards saltaron a la pista con Julius Randle como titular y Donte DiVincenzo como suplente.
Por los Lakers, sin apenas cambios este verano para competir en un Oeste cada vez más exigente, Redick apostó de inicio por su quinteto más ofensivo: D'Angelo Russell, Austin Reaves, Hachimura, LeBron y Davis.
Hachimura empezó con muchas ganas, LeBron presumió de poderío en varias jugadas impropias de alguien que en diciembre cumplirá 40 años y Davis plantó muy rápido su bandera en la zona.
La ofensiva de los Wolves no fue precisamente un prodigio de fluidez, con 6 pérdidas de balón solo en el primer cuarto. Pero entre los 8 puntos de Edwards y que los Lakers no ajustaron el punto de mira (8 de 26 en tiros y 2 de 11 en triples), los de Minesota cerraron el primer capítulo por delante (22-23).
Los de Chris Finch, finalistas el año pasado en el Oeste, destacaron el curso anterior por ser un equipo muy físico, rocoso y agobiante.
Nada de eso se dejó ver en el segundo cuarto, donde los Wolves se vieron totalmente sobrepasados por unos Lakers mucho más enchufados en la lucha por el rebote y que explotaron de maravilla las 11 pérdidas de los visitantes al descanso.
Así, los Lakers llegaron a tener un +19 tras un tramo fantástico de siete minutos y medio en el que borraron de la cancha a Minnesota con un parcial de 29-9.
Además del momento histórico de LeBron y Bronny, los fans locales disfrutaron en ese periodo del novato Dalton Knecht, un especialista en el tiro, que metió sus dos primeros lanzamientos y que se postula como pieza fundamental de la segunda unidad de los Lakers.
La defensa también funcionó a buen nivel y los de Redick se fueron al vestuario con un 55-42 y el partido bajo control pese a su nulo acierto desde el triple (3 de 19). Davis (12 puntos) y Hachimura (11) lideraron a los Lakers y Edwards (14) fue lo único salvable de unos tristes Wolves.
Davis se echó definitivamente al equipo a la espalda en el tercer cuarto con 13 puntos, pero los Lakers no lograron romper el encuentro.
Al contrario, los Wolves subieron un par de puntos su intensidad, explotaron la persistente flaqueza de los Lakers en el triple y desplegaron un ataque más coral (con 8 puntos de DiVincenzo en ese periodo) para desembarcar en el desenlace con sus opciones intactas (82-74).
A solo 4 puntos se colocaron los Wolves tras un parcial de 3-12 entre el final del tercer capítulo y el comienzo del último (85-81 con 10:38 para el final). Pero Davis volvió a tirar del carro, se impuso en el cara a cara a Edwards y los Lakers sellaron su primer triunfo en la jornada inaugural de la NBA desde 2016.