Francia.- Con otra exhibición en solitario vestido de amarillo, el esloveno Tadej Pogacar (UAE) logró el póker de victorias en el Tour 2024 en la decimonovena etapa, disputada entre Embrun e Isola 2000, la jornada de los "dosmiles", de 144,6 kilómetros, en la que dejó vista para sentencia la carrera y el doblete que ambiciona.
Voló Pogacar, otra vez, ganando por aplastamiento cómo y cuando quiso su cuarta etapa en un escenario donde se dio un homenaje inolvidable, volando entre multitud de banderas de su país hacia la cima de Isola 2.000, donde el esloveno estuvo concentrado para preparar su asalto al tercer Tour y el doblete Tour-Giro que nadie consigue desde Pantani en 1998.
El ciclista de Klanec, de 25 años, atacó a 9,5 km de meta. Dejó plantados, sin respuesta, a todos sus rivales, quienes se limitaron a ver a lo lejos del dorsal de Pogacar. Y solo, en modo crono, atrapó uno a uno a los escapados, Yates, Carapaz y Jorgenson, y ya hasta meta, ofreciendo un regalo a los miles de eslovenos que se apostaron en las cunetas del puerto.
Pogacar entró en meta haciendo una reverencia. Por él, por el equipo, por sus paisanos. Otra lección que firmó con un tiempo de 4h.04.03, a una media de 35,5 km/h. A 21 segundos entró Jorgenson, héroe sin premio del día, a 40 Simon Yates, a 1.11 Carapaz, el más combativo de la etapa, a 1.42 minutos el dúo Evenepoel-Vingegaard, y recibiendo otro duro castigo Enric Mas y Carlos Rodríguez a 3.56.
Marchando el Tour 2024 para Pogacar, dominador, imperial, jugando como quiere con sus rivales. Fue su decimoquinta etapa en el Tour desde su debut en 2020, la cuarta en esta edición (Valloire, Pla D'Adet, Plateau de Beille e Isola 2.000), la número 81 en su palmarés y la 18 de una pletórica temporada.
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Finiquitado el Tour a falta de dos jornadas. En el podio se han empadronado Vingegaard segundo, a 5.03 minutos, y Evenepoel, tercero, a 7.01. Los españoles siguen en retroceso. Mikel Landa sigue quinto a 15.34 y Carlos Rodríguez sexto a 17.36.
"Vi que flojeaba Jorgenson y me fui por él. Mañana saldré a disfrutar, espero que no pase nada. Creo que el Tour está encarrilado, pero hay que correr 2 etapas más", dijo Pogacar en meta.
El Visma organiza una fuga estratégica
Etapa por todo lo alto en la ruta imperial creada por Napoleón, con tres "dosmiles" en el menú. El pelotón salió de Embrun, junto al lago artificial de Poncon, una de las sedes clásicas del triatlón en su modalidad 'ironman'. Desde este escenario, los hombres de hierro del Tour se lanzaron a un reto de supervivencia física en altitudes donde la escasez de oxígeno se convierte en el peor enemigo.
Como aperitivo, y después de la única zona llana del día, se presentó el Col de Vars (Especial, 18,8 km al 5,7). Subiendo se movió el Visma de Vingegaard para meter a Jorgenson y Kelderman en una fuga de 8 hombres. ¿Era parte de una estrategia para el puerto final?.
Cuajó una escapada de nivel, donde también viajaban Simon Yates, Hindley, Carapaz y el español Cristian Rodríguez. El ecuatoriano se volvió a mostrar insaciable. La "Locomotora del Carchi", con su etapa en el palmarés y un día de amarillo, peleó por los puntos de la montaña. Cruzó en cabeza el Vars. En el grupo principal con apenas 30 corredores bajo el impulso del UAE de Pogacar cruzó el alto a 3.30 minutos.
Carapaz corona La Bonette y es líder de la montaña
El Tour entró en territorio legendario con el ascenso a la Cima de la Bonette, segundo puerto "fuera categoría", techo del Tour en la carretera más elevada de Europa, a 2.802 metros de altitud. Paisajes espectaculares en cada curva desde su punto inicial en Jausiers, ambiente de locura ciclista. Un ascenso interminable de 22,9 km al 6,9 que mantuvo el sueño de los rebeldes.
Otra vez Carapaz aceleró para poner su nombre en esa cima sucursal cercana a las nubes, ahora con el premio de ponerse al frente de la general de la montaña cuatro años después. En 2020 se puso líder de los escaladores, pero aquel año, en la crono de La Planche des Belles Filles, Pogacar arrasó y despojó de la prenda de lunares al actual campeón olímpico y del amarillo a Roglic.
Por las laderas de la Bonette se contemplan algunas ruinas de instalaciones militares de la Línea Maginot de los Alpes, vestigios de las tensiones entre Francia e Italia en la II Guerra Mundial. Aroma bélico del pasado. En el Tour la batalla no iba a tener ese escenario. Entre los generales hubo bandera blanca, pacto de no agresión. En aquella cima voló dos veces más alto que nadie Bahamontes, "El Águila de Toledo".
El líder rodaba tranquilo, sin escuchar un solo disparo, los inquilinos del podio conformes con el guión, y los aspirantes a ganar la etapa rodaban con una renta de más de 4 minutos. El descenso de la Bonnette, de esos que es mejor no mirar el paisaje, fue otro canto a la belleza. Solo restaba el ascenso final a Isola 2000.
Vuelo de Pogacar en Isola 2.000
Carapaz, Jorgenson, Keldermann, Simon Yates, Hindley y Cristian Rodríguez llegaron a pie puerto con 3.40 minutos, aún soñando con la hazaña, pero el ascenso a Isola 2000 (1a, 16,1 km al 7,1), el Col de la Lombarda cuando la zona pertenecía a Italia, iba a vivir un nuevo episodio de un corredor de otro planeta, como el paisaje.
Jorgenson atacó a 13,5. Se fue en solitario, ante los ojos de Carapaz y Yates. El estadounidense partió de lejos, demasiado lejos de la meta, en una subida sin respiro, de máxima exigencia, que tenía la última pancarta a 2.024 metros
Sonaba a éxito, pero todo fue un espejismo. Llegó algo previsto, el ataque con artillería pesada de Tadej Pogacar. Al vuelo el maillot amarillo. Salió sin mirar atrás, como un cohete, a 9,5 km. El chaval residente en Mónaco, conocedor del puerto como si fuese su casa, fue devorando a los valientes del día. Uno a uno.
Ya en solitario remató la faena por todo lo alto, en aquel lugar donde se impuso Tony Rominger en 1993, año en el que el suizo después claudicó ante Miguel Indurain. En Isola 2.000 la historia la escribió para siempre el virtual vencedor del Tour 2024. El patrón, el jefe. Marchando el doblete.
Este sábado más emociones con la disputa de la vigésima etapa, entre Niza y el Col de la Couillole, de 132,8 km, jornada corta, pero explosiva, con cuatro puertos. Para empezar el Col de Braus (2a, 10 km al 6,6), le seguirá el Col de Turini (1a, 20,7 km al 5,7), luego el Col de la Colmiane (1a, 7,5 km al 7,1), para finalizar en el alto de Couillole tras un ascenso de 15,7 km al 7,1.