Internacional.- La renovación de Erling Haaland con el Manchester City hasta 2034 sorprendió al mundo del futbol por la longevidad del contrato. Además de asegurar a un jugador clave para sus filas, Manchester City pudo haber ejecutado una estrategia financiera con este movimiento, pues este tipo de contratos a largo plazo pueden ser una gran herramienta para cumplir con el Fair Play Financiero (FFP).
En este sentido, cabe recordar la reciente investigación del Caso City por parte de la Premier League, en donde el club de Manchester enfrenta 115 cargos por omisiones a los estatutos del Fair Play Financiero. Según la investigación de la Premier League, el Manchester City se pasó 14 temporadas (desde la 2009-2010 a la 2022-2023) cometiendo irregularidades financieras e incumpliendo el Fair Play Financiero tanto de la liga inglesa como de la UEFA.
Chelsea, el club que lo puso en tendencia
Esta estrategia no es exclusiva del conjunto citizen, ya que equipos como el Chelsea la han adoptado con frecuencia desde la llegada de Todd Boehly. Los Blues utilizaron contratos de más de 8 años para fichajes recientes, como el de Mykhailo Mudryk, Enzo Fernández y Nicolas Jackson, esto con el objetivo de repartir los costos de traspasos en varias temporadas.
Por ejemplo, si un jugador cuesta 80 millones de euros y firma por ocho años, el impacto anual en las cuentas del club es de solo 10 millones, lo que permite mantener los gastos dentro de los límites del Fair Play Financiero.
Sin embargo, esta estrategia tiene sus riesgos. Si el jugador no rinde como se espera, el club enfrenta dificultades para transferirlo debido a los largos compromisos salariales. Además, la masa salarial aumenta y requiere ingresos constantes por premios y ventas de jugadores para evitar problemas financieros.
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Mientras equipos como el Chelsea y el Manchester City buscan maximizar su flexibilidad financiera, esta táctica plantea preguntas éticas y estratégicas. Si bien puede ser una herramienta para sortear las reglas del Fair Play Financiero, también es un riesgo significativo si los jugadores no rinden o el club no genera los ingresos esperados.
Otros casos en Europa
El Athletic Club de Bilbao también ha implementado esta estrategia para blindar a sus promesas. Futbolistas como Oihan Sancet y Dani Vivian tienen contratos hasta 2032, mientras que Beñat Prados está ligado hasta 2031.