Estados Unidos.- El futbol mexicano volvió a cruzar fronteras con una nueva versión del ‘Clásico Regio’, esta vez en la NWSL. Jaquie Ovalle y Rebeca Bernal se reencontraron en Estados Unidos, ahora como rivales: la primera con el Orlando Pride y la segunda con el Washington Spirit. La victoria fue para Ovalle, que se llevó el triunfo 3-2 en un partido lleno de intensidad y orgullo mexicano.
El duelo disputado en el Audi Field tuvo todos los ingredientes: goles, remontadas y protagonismo latino. Orlando Pride cortó la racha de 16 partidos invictos del Spirit gracias a un penal de Marta al minuto 72, que selló la remontada y encendió la emoción en las gradas.
Washington abrió el marcador al 35’ tras un autogol del Orlando Pride, pero la respuesta fue inmediata: Kerry Abello empató al 38’. Antes del descanso, Sofía Cantore devolvió la ventaja a las locales, aunque la segunda mitad fue completamente para el cuadro de Florida. Un nuevo autogol del Spirit equilibró el marcador y Marta, desde los once pasos, firmó el 3-2 definitivo.
El resultado dejó a Orlando Pride en los primeros puestos de la clasificación y rompió la imbatibilidad de uno de los equipos más sólidos del torneo.
Jaquie Ovalle fue titular con Orlando Pride y mostró la garra que la caracteriza. Participó activamente en la generación de juego por banda, aportó movilidad y peligro en el último tercio del campo, y cerró el partido con una tarjeta amarilla en el 90+1’. La mexicana continúa ganando protagonismo en su primera temporada en la liga estadounidense tras su salida de Tigres Femenil, demostrando que su talento trasciende fronteras.
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Por el Spirit, Rebeca Bernal fue titular en la defensa y disputó 45 minutos antes de ser sustituida por Esme Morgan. La exjugadora de Rayadas mantuvo orden en la zaga durante la primera parte, aunque su equipo sufrió en la segunda mitad ante el empuje de Orlando. Su experiencia y liderazgo se mantienen como un punto de referencia para la plantilla de Washington.
Ovalle y Bernal llevaron su rivalidad de Monterrey a la NWSL, protagonizando el primer enfrentamiento entre dos jugadoras surgidas del clásico norteño en el futbol estadounidense. Un choque que no solo enfrentó a dos equipos, sino también a dos estilos forjados en la intensidad y pasión del futbol regiomontano.