Nueva Zelanda.- La Selección Mexicana Femenil Sub-17 afronta un partido crucial en la Copa del Mundo, con la clasificación a los Octavos de Final en juego. El combinado nacional dirigido por Miguel Gamero enfrentará a Camerún con distintos escenarios posibles, pero con un objetivo claro: mantenerse con vida en el torneo y romper con la inercia negativa de los últimos años.
Un triunfo ante Camerún aseguraría de manera directa el boleto a la siguiente ronda. Con seis puntos, México se colocaría entre los dos mejores equipos del Grupo B, sin depender de ningún otro resultado. Incluso en el peor de los casos, ya no habría cuatro terceros lugares en el resto de los grupos que pudieran alcanzar esa cifra, por lo que el pase estaría garantizado.
En caso de empate, las probabilidades seguirían siendo altas, sobre todo si Países Bajos cae ante Corea del Norte en el otro duelo del sector. Con ese resultado combinado, el Tri aseguraría el segundo lugar y su presencia en los Octavos, además de obtener un cruce más favorable en la ronda de los 16 mejores. Un empate con goles podría incluso mantener vivas las opciones en caso de que Países Bajos también sume, dependiendo de la diferencia de tantos.
Sin embargo, el panorama se complica si México llega a perder frente a Camerún. Una derrota dejaría al conjunto nacional prácticamente eliminado, ya que solo una goleada de Corea del Norte sobre las neerlandesas podría mantener la esperanza de clasificar como uno de los mejores terceros lugares. En ese escenario, sería necesario revisar la diferencia de goles con los equipos de los otros grupos para definir el último cupo a la siguiente ronda.
México busca romper su mala racha en los mundiales juveniles
El reto no es menor. En las dos ediciones más recientes del Mundial Femenil Sub-17, México fue eliminado en la fase de grupos, por lo que avanzar a los Octavos significaría dar un paso importante en la reconstrucción del proyecto juvenil femenil.
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La meta es volver a emular lo conseguido en 2018, cuando el Tri Femenil Sub-17 vivió una de sus mejores actuaciones históricas: llegó hasta la final del torneo, cayendo 2-1 ante España, pero dejando un legado de competitividad y orgullo nacional.
Ahora, esta nueva generación busca escribir su propia historia, recuperar la confianza y demostrar que el futbol femenil mexicano sigue creciendo, con la ilusión intacta de seguir soñando en grande.
