Internacional.- La Federación Serbia de Futbol confirmó este jueves que Veljko Paunovic, extécnico del Real Oviedo, será el seleccionador nacional hasta 2030. El estratega asumió de manera interina en los dos últimos partidos de la fase de clasificación para el Mundial 2026, frente a Inglaterra y Letonia, y ahora se convierte en el responsable oficial del proyecto rumbo a los próximos compromisos internacionales.
Paunovic, de 48 años, cuenta con experiencia previa en selecciones juveniles, ya que en 2015 llevó a Serbia al título de la Copa del Mundo Sub-20. Su trayectoria como jugador incluye pasos por clubes como Atlético de Madrid, Getafe y Partizán de Belgrado, además de una década en el Real Madrid, donde consolidó su carrera profesional.
De Oviedo a la selección serbia
El técnico fue destituido el pasado 9 de octubre como entrenador del Real Oviedo, equipo al que llegó en marzo de 2025 y con el que logró el ascenso a la Primera División española tras 24 años de ausencia. Sin embargo, en las primeras ocho jornadas de la temporada sumó únicamente dos victorias y seis derrotas, lo que precipitó su salida.
Pese a tener contrato vigente hasta junio de 2026, Paunovic dejó el club asturiano y poco después se incorporó a la selección serbia para dirigir los encuentros clasificatorios ante Inglaterra y Letonia. El balance fue una derrota en Wembley y una victoria en Riga, resultados que no evitaron la eliminación del combinado balcánico en la carrera hacia el Mundial 2026.
Objetivos rumbo a Eurocopa 2028 y Mundial 2030
El nuevo contrato firmado con la Federación Serbia de Futbol establece que Paunovic estará al frente del equipo durante los próximos cuatro años, con la misión de preparar la Liga de Naciones, la clasificación para la Eurocopa 2028 y el camino hacia el Mundial 2030.
La apuesta por Paunovic responde a la intención de consolidar un proyecto a largo plazo, apoyado en su experiencia internacional y en el conocimiento del futbol serbio. Su reto será construir un plantel competitivo que recupere protagonismo en el continente y que aspire a superar las fases de grupos en los grandes torneos.
Con este nombramiento, Serbia busca estabilidad en el banquillo y un liderazgo capaz de proyectar a la selección hacia nuevas metas, después de un ciclo marcado por eliminaciones tempranas y falta de continuidad en los procesos técnicos.