Monterrey.- Jorge Urdiales, expresidente de Rayados, revivió con intensidad uno de los capítulos más memorables en la historia del futbol regiomontano: la primera Semifinal entre Monterrey y Tigres, disputada en el Apertura 2003.
"Íbamos perdiendo 1-0 y Tigres tenía penal a favor. Kléber lo falló y vino la reacción. Terminamos ganando 4-1 en el Universitario", contó para ABC Deportes.
El resultado fue clave para que Monterrey accediera a la Final, donde se coronó campeón bajo la dirección de Daniel Pasarella.
La intensidad de vivir el Clásico desde el palco
Más allá del resultado, Urdiales recuerda la pasión con la que vivía cada partido ante Tigres.
"Mi esposa me decía que no podía sentarse conmigo durante los partidos. Le alteraba la presión", dijo entre risas. Incluso sus nietos bromeaban con su intensidad.
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Para él, la rivalidad iba más allá de lo deportivo. Era una mezcla de orgullo, ciudad y pertenencia.
No más Clásicos amistosos: decisión clave
Durante su mandato, Urdiales tomó una decisión fundamental junto a Alejandro Rodríguez, entonces presidente de Tigres: no volver a jugar Clásicos amistosos. Sin embargo, ahora desde esa época, se produjo uno en San Antonio, pero su postura fue firme.
"No existen los partidos amistosos. Se juegan con el alma y pueden salirse de control", explicó.
"El Clásico es el alma deportiva del regio"
Para Jorge Urdiales, el Clásico Regio representa algo más profundo que solo tres puntos.
"Es dignidad, orgullo y la representación de toda una ciudad", concluyó.