Monterrey.- Patricio “Pato” O’Ward nació en Monterrey en 1999 y desde muy joven mostró su talento al volante. A los seis años recibió su primer kart, y para los 13 ya competía en Europa.
Su sueño inicial era llegar a la Fórmula 1, pero al no reunir los puntos necesarios para la superlicencia de la FIA, el regiomontano redirigió su camino hacia la IndyCar, donde ha construido una carrera brillante.
El rostro de la IndyCar y un imán de fans
Actualmente piloto de Arrow McLaren, O’Ward ha ganado siete carreras, ha subido 25 veces al podio y se ha consolidado como uno de los contendientes más consistentes del campeonato.
Su carisma, cercanía y estilo dentro y fuera de la pista lo han convertido en una figura mediática. En 2024, un evento en un centro comercial en Ciudad de México atrajo a más de 4,000 fans.
"Me sentí como una estrella del pop", dijo el regiomontano.
Su imagen ha crecido a la par de su marca personal. Con casi un millón de seguidores entre Instagram y TikTok, ha logrado conectar con el público joven y, particularmente, con el femenino, que pasó de representar el 11% de su audiencia en 2019 al 52% en 2024.
Su tienda en línea, "Pato O’Ward Shop", comenzó a ser rentable en 2022 y duplicó ganancias en 2023 y 2024.
Orgullo mexicano y ambición global
Pato no ha dejado de lado su sueño de correr en la Fórmula 1. Es piloto reserva de McLaren y ya cuenta con la superlicencia, pero mientras tanto busca conquistar las 500 Millas de Indianápolis, la joya de la corona de la IndyCar.
"Nunca dudé de que podía rendir", ha dicho. “Pero en esta carrera hay que ser muy inteligente: en un segundo, puedes perderlo todo".
Mientras crece como piloto, O’Ward también evoluciona como persona. Se enfoca en el bienestar mental, sabe cuándo hablar y que no decir, para proteger su imagen como la cara (no oficial) de la IndyCar en México y Latinoamérica.
El camino no fue lineal, pero hoy Pato O’Ward es la superestrella que está llevando la IndyCar a miles de hogares de México y América Latina.