Monterrey.- Para César González, este Día del Padre tuvo un significado distinto. En lugar de celebrarlo con una comida o un regalo tradicional, eligió compartir el inicio de una nueva etapa: su primera carrera pedestre, y nada menos que acompañado de su hija.
“La motivación fue mi hija, que también fue partícipe en elegir venir a la carrera”, compartió emocionado antes del arranque del 1K recreativo.
“Es nuestra primera carrera, pero vamos a echarle ganas y qué mejor que en compañía de ella. El resto de la familia viene a apoyarnos y a motivarnos. Es un ambiente muy bonito, familiar, nos sorprendió para bien y ya tenemos ganas de regresar… ojalá la próxima vez en el 5K”.
Un legado que pasa de generación en generación
También entre la multitud estaba Felipe Reyna, quien lleva casi 40 años corriendo, pero este domingo cambió cualquier otra carrera por la más especial: correr junto a su nieto Matías. Acompañado por su yerno Reynaldo Hernández —papá de Matías— celebraron juntos el Día del Padre con zancadas llenas de cariño.
“Vine a Qué Padre Correr por mi nieto, más que nada. Yo ya corría con mi hijo, pero ahora que él ya no puede, lo hago con Matías. Procuro inculcarle el deporte desde pequeño porque juega fútbol y corre bastante rápido. Ya ganó en una carrera y espero que hoy también quede en primero”, platicó el señor Felipe.
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“Dejé otra carrera y elegí Qué Padre Corre para estar con él. Es bonito ver a tantas familias aquí. No hay pretextos para no correr”.
Una bendición compartida
“Qué mejor manera de festejar el Día del Padre con mi suegro y con mi hijo”, remató Reynaldo con una sonrisa.
Así, entre generaciones, pasos y abrazos, Qué Padre Correr demostró ser nuevamente una carrera donde el amor entre familia y por papá, se celebra corriendo.
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