Estados Unidos.- Cada 1 de julio, las redes sociales del beisbol reviven una tradición única: el Día de Bobby Bonilla. Y no es para menos. Aunque el exjugador de los Mets de Nueva York no ha pisado un diamante como profesional desde hace más de dos décadas, cada verano recibe un cheque por 1 millón 193 mil 248 dólares.
Todo se remonta al año 2000, cuando los Mets decidieron liberar a Bonilla, quien aún tenía pendiente un pago de 5.9 millones de dólares. En lugar de liquidarlo en ese momento, el equipo ofreció un acuerdo financiero que, en su momento, parecía beneficioso para ambas partes: diferir el pago durante 25 años, con un interés anual del 8%. Así, Bonilla comenzaría a cobrar a partir de 2011… y lo haría cada 1 de julio hasta el año 2035, sumando en total casi 30 millones de dólares.
La decisión fue impulsada por el deseo de los Mets de invertir con el financiero Bernie Madoff, cuya red de fraude colapsaría años más tarde. A la larga, el acuerdo terminó beneficiando enormemente a Bonilla, quien desde entonces celebra con humor su “segundo cumpleaños” cada año.
Aunque ha sido tema de memes y bromas, el caso de Bonilla también abrió debate sobre los pagos diferidos en el deporte profesional. De hecho, contratos recientes como los de Shohei Ohtani con los Dodgers o Max Scherzer han incluido esquemas similares, inspirados en parte por este modelo.
Lo que comenzó como una estrategia financiera, hoy es parte de la cultura popular del beisbol. Porque si bien Bobby Bonilla ya no conecta hits en las Grandes Ligas, su cuenta bancaria sigue sumando como si estuviera en su mejor temporada.
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