Nueva York.- Shane Tamura, 27, irrumpió la tarde del pasado lunes con un arma de fuego en el edificio corporativo de la ciudad de Nueva York donde se encontraban las oficinas de la NFL y asesinó a 3 personas, entre las que estaban un oficial de policía, además dejando a otros tres heridos, para después suicidarse.
El tirador planeaba entrar a tirotear a las oficinas de la NFL; sin embargo, "tomó el elevador equivocado" y no llegó a entrar a las oficinas, según declaró el Alcalde de Nueva York, Eric Adams.
El ex jugador fue hallado muerto en el piso 33 del edificio, llevaba con él una nota en la que culpaba a la NFL por contraer una Encafalopatía Traumática Crónica (CTE por sus siglas en inglés), enfermedad cerebral degenerativa principalmente relacionada por golpes constantes en la cabeza.
En su nota, el tirador, además de culpar a la NFL por su afección mental, pedía que su cerebro fuera estudiado tras el tiroteo.
También hacía referencia a Terry Long, el ex jugador de los Steelers de Pittsburgh, quien fue diagnosticado con la misma enfermedad degenerativa luego de suicidarse tomando anticongelante.
Tamura vivía en Las Vegas, Nevada y jugó en la posición de corredor y safety en Granada Hills Charter High School, durante la temporada 2015.
¿Qué otros jugadores de NFL han sido afectados por el CTE?
La Encefalopatía Traumática Crónica, o CTE, es una afección cerebral degenerativa causada por recibir multiples y constantes golpes en la cabeza, comúnmente relacionada con deportes de contacto como el futbol americano, habiendo casos conocidos de jugadores y ex jugadores de la NFL, quienes han sido afectados por esta enfermedad.
Uno de los casos más famosos es el de Aaron Hernández, quien siendo aún jugador en activo en los New England Patriots, fue encarcelado por el delito de asesinato y se suicidó en la cárcel, a sus 27 años.
Junior Seau, Liniero de los Miami Dolphins, se suicidó a los 43 años y fue diagnosticado con CTE post mortem.
Mike Webster, Centro de los Pittsburgh Steelers, sufrió severos problemas mentales tras retirarse. Murió a los 50 años y fue el primer caso confirmado de CTE en un jugador de la NFL.