San Francisco.- Los San Francisco 49ers recibieron un golpe inesperado en el arranque de la temporada de la NFL. Brock Purdy, su quarterback titular y líder ofensivo en la última campaña, estará fuera de actividad entre 2 y 5 semanas debido a una lesión en el dedo gordo del pie —conocida como turf toe, una especie de esguince cuando la articulación se dobla demasiado hacia atrás— además de molestias en el hombro izquierdo, el que no utiliza para lanzar.
La noticia llega en un momento clave, apenas en el inicio del calendario, lo que obliga al equipo dirigido por Kyle Shanahan a replantear su ofensiva en las próximas jornadas. Según reportes de la NFL, la participación de Purdy en el duelo de la Semana 2 frente a los New Orleans Saints luce como un “long shot”, es decir, altamente improbable.
En su ausencia, el encargado de tomar los controles de la ofensiva será Mac Jones, quien llegó como refuerzo para esta temporada. El exquarterback de los New England Patriots tendrá la oportunidad de mostrarse con un equipo que aspira a mantenerse como contendiente en la Conferencia Nacional.
La lesión de Purdy genera preocupación porque el mariscal de campo venía consolidándose como una de las piezas más estables de la ofensiva californiana. Tras una temporada pasada en la que guió a los Niners hasta instancias decisivas, las expectativas eran altas sobre su rendimiento en el 2025. Su baja abre interrogantes sobre la capacidad del equipo para mantener el ritmo competitivo en su división, donde enfrentan a rivales directos como Seahawks y Rams.
El panorama ofensivo luce todavía más complicado por el estado físico de varias piezas clave. Brandon Aiyuk sigue en rehabilitación tras la grave lesión de rodilla sufrida en 2024, mientras que George Kittle estará fuera al menos cuatro semanas después de la lesión que sufrió en el duelo de la Semana 1. A esto se suma la partida de Deebo Samuel a los Washington Commanders en la pasada offseason, dejando a Shanahan con menos alternativas en el juego aéreo.
En este escenario, el peso del ataque recaerá en jugadores como Jauan Jennings y el novato Ricky Pearsall, además de la versatilidad de Christian McCaffrey, quien será la pieza central del esquema ofensivo mientras se recuperan los titulares.
Aunque el diagnóstico inicial habla de un periodo de recuperación para Purdy que va de las dos a las cinco semanas, el staff médico del equipo seguirá de cerca su evolución para evitar complicaciones que prolonguen su ausencia. Shanahan ha insistido en que el objetivo es contar con su quarterback sano para la parte más exigente del calendario, por lo que no se tomará ningún riesgo innecesario.
La baja de Purdy no solo sacude a los 49ers, también a la propia NFL, que lo ha visto convertirse en una de las historias más atractivas en los últimos años tras pasar de ser “Mr. Irrelevant” en el draft a quarterback titular de uno de los equipos más poderosos de la liga. Ahora, San Francisco deberá demostrar que tiene la profundidad suficiente para sobreponerse a esta adversidad en el arranque de la campaña.