Estados Unidos.- Jacqueline Ovalle atraviesa una nueva etapa en su carrera después de convertirse en jugadora del Orlando Pride, en la NWSL, donde llegó procedente de Tigres Femenil, en un fichaje que marcó un récord de transferencia en el futbol mexicano. Su llegada a Estados Unidos no solo representó un paso significativo en su trayectoria, sino también un compromiso que asume con plena conciencia de lo que implica. Para la atacante, el hecho de ser la transferencia más costosa no significa una carga adicional, sino un compromiso de entregar su máximo esfuerzo en cada partido.
“Más que presión, es más como responsabilidad conmigo misma y con el club. Obviamente, yo sé el esfuerzo que ellos hicieron por mí, creo que la mejor manera de agradecer es entregando lo mismo, entregar mi cien por ciento. Creo que el sacrificio no es negociable, van a ver siempre la mejor versión de mí”, explicó Ovalle.
Su salida de Tigres Femenil, club con el que ganó seis títulos de liga y donde se consolidó como una de las jugadoras más determinantes del país, tampoco fue una decisión repentina. Ovalle señaló que desde hace tiempo ya tenía claro que buscaba un nuevo rumbo en su carrera, algo que comunicó con antelación a la directiva felina, lo que facilitó el proceso de su transferencia a Estados Unidos.
“Más que costarme la decisión, era algo que yo ya tenía pensado desde hace año y medio en salir del club. Ellos sabían que yo no quería renovar, entonces creo que la mejor opción para ellos, y para mí, era venderme; y ahora estoy cumpliendo mi sueño acá”, comentó.
En su elección de la NWSL influyó la visión que tiene de la liga estadounidense como el torneo más competitivo en el panorama internacional. Para Ovalle, la paridad entre los equipos y la exigencia semana a semana fueron factores que la convencieron de dar el salto.
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“Mira, para mí en la Liga de Estados Unidos es la mejor liga ahora mismo del mundo. O sea, la mejor liga porque es la liga que más compite a nivel internacional. Te digo que cualquiera le puede ganar a cualquier equipo. O sea, se hace el número 10, le puede ganar al número dos, ¿sabes? O el número 11 le puede sacar un empate al número uno. Entonces, creo que eso no pasa comúnmente en otras ligas”.
Finalmente, compartió cómo nació el apodo de “La Maga”, con el que se le identifica desde hace varios años en Monterrey, y que está ligado a su estilo creativo dentro del campo de juego.
“'Maga' fue un apodo que me pusieron en Tigres en Monterrey hace mucho tiempo, si mal no recuerdo hace como 6, 7 años y bueno, según yo me dicen 'la Maga' porque a veces me salían como pases como trucos, no sé cómo decirlo, como no sé, a lo mejor jugadas que nadie se esperaba que hiciera una jugadora en ese momento, ¿sabes? Como no sé, dejarla de taquito. Sí, si me gusta. Normalmente, sí me siento como maga en el campo”.
En su inicio con el Orlando Pride, Ovalle ya tuvo minutos en su debut en la NWSL y ha comenzado a dejar su sello con centros peligrosos, incluido uno que terminó en gol, mostrando que su capacidad para marcar diferencia sigue vigente ahora en el futbol estadounidense.
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