San Nicolás de los Garza.- Sebastián Abreu, técnico de Xolos, reconoció tras la eliminación que Tigres fue superior en la Vuelta, pero centró buena parte de su análisis en la influencia del entorno del Estadio Universitario. El entrenador aseguró que jugar en "El Volcán" representa un reto adicional para planteles jóvenes como el suyo y que la atmósfera del recinto termina influyendo también en el arbitraje.
“Sí pesa. Este es un estadio que influye y condiciona. Hay escenarios en el fútbol que generan una atmósfera particular, y este es uno de ellos. Eso forma parte del aprendizaje para un plantel joven: saber competir en ambientes donde cada jugada se vive al límite”, explicó, al describir lo que enfrentó su equipo en la eliminatoria.
Abreu profundizó en cómo, desde su perspectiva, esa atmósfera también se refleja en la toma de decisiones arbitrales:
“El árbitro también vive esa atmósfera. En algunos momentos sentimos diferencias de criterio, pequeñas decisiones que se van acumulando y que condicionan. Son detalles que influyen y que forman parte de lo que significa venir a este tipo de estadios.”
Más allá del entorno, el técnico uruguayo reconoció la superioridad de Tigres en la Vuelta y resaltó la diferencia que hicieron los duelos individuales, especialmente por la banda derecha.
“El rival tuvo un nivel muy alto, fue contundente y ganó muchos duelos por banda derecha. Lainez fue desequilibrante, y ahí estuvo gran parte de la diferencia”, señaló.
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Abreu insistió en que su propuesta no cambió respecto a la Ida, pero que se encontraron con un rival con un funcionamiento superior.
“La propuesta fue la misma de todas las fechas. En la Ida mostramos que podemos competir a gran nivel; hoy Tigres nos anuló. Fueron dos partidos totalmente distintos”, apuntó.
El técnico también defendió a su grupo ante las críticas externas y puso en contexto el desempeño del club frente a equipos con mayores recursos.
“Somos lo que somos y tenemos lo que tenemos. Con un plantel joven y jugadores en sus primeras experiencias, clasificamos séptimos y ganamos el play-in. Competimos con nuestros argumentos ante equipos con presupuestos muy superiores”, expresó.
Respecto al momento en que sintió que la serie se les escapó, Abreu señaló que nunca la dio por perdida.
“Vengo de Uruguay, un país que cree en los milagros. Nunca pienso que un partido está perdido hasta que termina. Siempre creo que hay oportunidad”, afirmó.
Sobre el cierre del torneo, el entrenador dejó claro con qué sensación se marcha:
“El equipo consiguió transmitir una identidad. Sabemos qué queremos y cómo jugar. Con nuestras limitaciones clasificamos, competimos y crecimos. Hoy queda tristeza porque se había generado una expectativa, pero no podemos opacar todo lo realizado.”
Abreu concluyó que experiencias como ésta deben fortalecer al grupo de cara al próximo torneo, donde el objetivo será mantenerse dentro de los ocho mejores.
“Esto también es parte de generar piel gruesa. Tenemos que acostumbrarnos a jugar liguilla, torneo tras torneo, para acercarnos a lo que todos los equipos sueñan.”
