Monterrey.- El 31 de mayo de 2003, el Estadio Tecnológico fue testigo de una de esas tardes que quedan grabadas para siempre en la memoria del aficionado rayado. Monterrey venció 3-2 al Atlas en el partido de Vuelta de los Cuartos de Final del Clausura 2003 y, con un global de 4-3, avanzó a Semifinales en un torneo que terminaría con su segundo título de liga.
La Ida, disputada en el Estadio Jalisco, había terminado 1-1 con goles de Juan Pablo Rodríguez para los rojinegros y Guillermo Franco para los albiazules. Todo se definía en casa, en el coloso del Tecnológico, y Rayados no falló.
Desde los primeros minutos, el equipo dirigido por Daniel Passarella mostró personalidad y contundencia. Al 16’, Guillermo Franco abrió el marcador y desató la locura entre los más de 36 mil aficionados presentes. Poco después, al 35’, el propio “Guille” firmó su doblete para poner a Monterrey con ventaja de 2-0.
Atlas respondió en la segunda mitad. Juan Pablo García descontó al 48’, pero la respuesta rayada no tardó. De nuevo apareció Franco, el hombre de la noche, para anotar su tercer gol al 62’ y colocar el 3-1. El conjunto rojinegro no se rindió y acortó distancias al 73’ por conducto de Iván Huitrón, pero ya no les alcanzó. El silbatazo final desató la fiesta en la tribuna.
Con figuras como Jesús Arellano, Pablo Rotchen, Severo Meza, Walter Erviti y un Guille Franco intratable, Rayados se metía a semifinales por primera vez en 17 años. La ilusión apenas comenzaba. Esa noche ante Atlas fue el primer paso de una Liguilla inolvidable que culminó semanas después con la consagración en casa ante Morelia.
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El Estadio Tecnológico, hoy solo presente en los recuerdos, vivió esa noche una de sus últimas grandes gestas. Una tarde de goles, de pasión y de esperanza. Una tarde donde Rayados escribió historia y encendió el camino hacia la gloria.