San Nicolás de los Garza.- Un disparo de Edmundo Manzotti al ángulo, el 4 de octubre de 1975, definió el primer campeonato oficial en la historia de Tigres. Aquella anotación, registrada en la final de la Copa México 1975-76 frente al América, dio al club su primer trofeo nacional y marcó el inicio de su recorrido competitivo dentro del futbol mexicano.
El encuentro de vuelta se disputó en el Estadio Universitario ante una de las asistencias más numerosas de la época. Tigres necesitaba revertir el 2-1 adverso sufrido en la ida en el Estadio Azteca, donde los goles americanistas fueron obra de Reinoso y Alcindo, mientras que el tanto regiomontano correspondió a Alfredo “Alacrán” Jiménez.
Apenas al minuto tres del duelo definitivo, Raymundo “Lola” Correa empató el marcador global desde el punto penal. El empate se mantuvo hasta el segundo tiempo, cuando Manzotti, que había ingresado de cambio, controló el balón fuera del área y disparó de pierna derecha para superar al arquero Néstor Verderi. Esa jugada estableció el 3-2 global y aseguró la primera Copa México para la Universidad Autónoma de Nuevo León.
El equipo dirigido por Claudio Lostaunau había llegado a la final tras clasificarse como líder invicto de su grupo con cuatro victorias y dos empates, superando en semifinales a Pumas. El logro resultó relevante para una escuadra que apenas transitaba su segunda temporada en la Primera División y que comenzaba a consolidar su presencia en el circuito profesional.
En el plantel figuraban jugadores como Enrique Meza, Alejandro Izquierdo, Roberto Rogel, Mateo Bravo, Gerónimo Barbadillo y Tomás Boy, quienes integraron la base del proyecto universitario que representó a la UANL en aquellos años. El título también significó el primer trofeo nacional para un equipo del estado de Nuevo León, un hecho que fortaleció la identidad deportiva de la institución y de su afición.
Cinco décadas después, la Universidad y el club conmemoran ese 4 de octubre como una fecha simbólica dentro de su historia. La Copa México 1975-76 permanece como el punto de partida de una trayectoria constante en el futbol mexicano y como el recuerdo de un gol que cambió para siempre el rumbo del equipo.