Monterrey.- Cristina Ferral representa la esencia de Tigres Femenil: constancia, disciplina y compromiso. Desde su llegada al club, la defensa ha sido parte de una generación que consolidó una identidad ganadora y una cultura de trabajo que trasciende los cambios de entrenadores.
Con una trayectoria marcada por la preparación y el profesionalismo, Ferral no solo se ha mantenido como una pieza confiable dentro del plantel, sino que también ha llevado su crecimiento más allá de la cancha, al obtener la licencia UEFA B en Gales, un paso significativo en su desarrollo como futura entrenadora.
“Sí, yo creo que Tigres tiene esa capacidad. Hemos pasado por varios técnicos y siempre buscamos dar lo mejor de nosotras porque somos profesionales y jugadoras muy comprometidas con nuestro trabajo. Año con año se confirma que Tigres busca estar ahí arriba, en lo más alto, y quedar lo mejor posible”.
La zaguera reconoce que cada torneo implica un nuevo reto, y que el enfoque del equipo se mantiene en el día a día. Aunque el objetivo final es pelear por el campeonato, Ferral subraya que el proceso es igual de importante.
¿Cómo viven en Tigres ese equilibrio entre exigencia y resultados?
"Vamos paso a paso, no podemos estar pensando en el título todavía. Quedan partidos importantes y todo es trabajo de día con día".
El equipo mantiene un estándar competitivo muy alto. ¿Qué hay detrás de esa constancia?
"Creo que tenemos un ambiente muy sano. Siempre hay una competencia alta, pero con una sensación de familia. Esa madurez y estabilidad emocional son necesarias en los partidos, a pesar de todo lo que hay afuera. Siempre tratamos de mantenernos concentradas y ver lo mejor por el equipo, adaptándonos a la exigencia de cada encuentro".
Además de tu carrera en el campo, decidiste prepararte como entrenadora. ¿Cómo fue esa experiencia en Gales para obtener la licencia UEFA B?
"Fue algo difícil, la verdad. Estuve en Gales escuchando otro idioma y dirigiendo entrenamientos en inglés. El primer día me di cuenta de que era la única mujer entre puros hombres y me prometí salir de mi zona de confort. No viajé desde el otro lado del mundo para darme la vuelta, así que lo aproveché al máximo y pude obtener el título".
¿Qué aprendizajes te deja este proceso, tanto como jugadora como en lo personal?
"Que hay que estar siempre listas. A veces no tengo muchos minutos, pero mi disciplina y disposición siempre están. Cada entrenamiento es una oportunidad para dar lo mejor de mí. Esa es mi manera de aportar al equipo y seguir creciendo".
