San Nicolás.- Guido Pizarro alcanzó un punto relevante en su nueva etapa profesional. Ocho meses después de haber asumido el banquillo felino tras su retiro como jugador, el estratega conduce a Tigres en su primera final como director técnico.
El cambio se produjo el 1 de marzo, cuando el club anunció la salida de Veljko Paunovic y confirmó que Pizarro asumiría de inmediato. Ese mismo día disputó su último partido como futbolista; horas después ya dirigía su primer entrenamiento. Esa transición acelerada inició el ciclo que hoy desemboca en una disputa por el título.
El Apertura 2025 representa su primer torneo completo al frente del equipo. Tigres concluyó la fase regular con un registro de una sola derrota, marca que se convirtió en referencia dentro del contexto felino y permitió asegurar una posición favorable rumbo a la Liguilla.
En Cuartos de Final, el equipo revirtió un 3-0 adverso ante Tijuana con un 5-0 en la Vuelta. En Semifinales superó a Cruz Azul y aseguró su lugar en la Final, convirtiendo a Pizarro en el primer integrante reciente del plantel que pasa de capitán a estratega y disputa un título en tan corto lapso.
Además del rendimiento, su gestión ha estado marcada por un factor interno: haber sido capitán y referente le otorgó respaldo en el vestidor para ejecutar decisiones desde el banquillo. La respuesta del grupo en momentos de presión reforzó esa autoridad.
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Hoy, Pizarro enfrenta un reto distinto. Ya no pisa el campo, sino toma decisiones desde la línea. Esta Final representa la primera página formal de su carrera como entrenador, con la oportunidad de transformar una transición surgida de emergencia en un proyecto que disputa un campeonato desde su primer torneo completo.