Nuevo León.- La llegada de Tigres al Estadio Universitario estuvo acompañada nuevamente por un recibimiento masivo de su afición, que puso color en San Nicolás de los Garza previo a la Semifinal de Vuelta contra Cruz Azul.
Minutos antes del ingreso del autobús al estacionamiento principal de "El Volcán", seguidores del club se concentraron sobre Avenida Universidad y en los accesos al inmueble para generar un ambiente festivo previo al partido, alentando al equipo que busca llegar a la Final del Apertura 2025.
Cuando el camión apareció, la multitud activó la bienvenida. Banderas azul y amarillo fueron agitadas al paso del vehículo, mientras humo de los mismos colores se elevó sobre el área. La escena se complementó con fuegos artificiales que fueron lanzados hacia el cielo, iluminando el entorno y marcando el ingreso del plantel.
Desde afuera, el ambiente se captó con cientos de teléfonos móviles levantados para registrar el momento. Algunos aficionados brincaron, corearon consignas y levantaron pancartas mientras el humo cubría parcialmente la vista. El piso quedó tapizado por papel picado blanco, distribuyéndose entre el movimiento constante de los asistentes.
Los jugadores observaron la escena desde el interior del autobús. A través de las ventanas, se alcanzó a notar a futbolistas atentos al recibimiento, observando cómo el camino hacia la zona de vestidores se transformaba en un pasillo rodeado de colores y sonido. El transporte se detuvo brevemente para la apertura del paso interno y algunos futbolistas respondieron con gestos discretos hacia quienes estaban más cerca del área delimitada.
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Este tipo de recibimiento se ha repetido en fases finales recientes y se ha convertido en parte del protocolo emocional previo a encuentros decisivos. La afición establece un ambiente de acompañamiento antes de que el equipo ingrese al vestidor, reforzando la conexión entre público y plantel.
Crédito: Marifer Ibáñez
Durante varios minutos, las detonaciones de la pirotecnia continuaron, mientras el humo se expandía y los cánticos permanecían activos. Cuerpos de seguridad organizaron el perímetro para permitir que el autobús ingresara sin incidentes y evitar aglomeraciones cerca de la ruta marcada.
Una vez que Tigres descendió del transporte y se dirigió al área interna, los aficionados mantuvieron el ambiente. El humo continuaba suspendido mientras se habilitaba la entrada general hacia las tribunas, y la escena se desplazaba del acceso al estadio para la antesala del partido.
Con ello concluyó el recibimiento. El equipo ingresó acompañado por un entorno generado exclusivamente por su afición desde su llegada, reafirmando un ritual característico de las noches de fase final en el Universitario.