Monterrey.- Hace exactamente diez años, Tigres UANL sacudió el mercado del futbol mexicano con una noticia que parecía increíble: el delantero francés André-Pierre Gignac firmaba con el equipo felino, dejando atrás al Olympique de Marsella para comenzar una nueva aventura en la Liga MX.
El fichaje se concretó el 18 de junio de 2015, cuando Gignac aterrizó en Monterrey en medio del asombro generalizado. Con 30 años, era uno de los goleadores más consistentes de la Ligue 1 y había sido titular con la Selección de Francia apenas meses antes. Llegaba libre, sin que Tigres tuviera que pagar traspaso, pero con una apuesta ambiciosa en salario, proyecto deportivo y expectativas.
Tras firmar por cuatro años, Gignac se integró rápidamente a la pretemporada del equipo. Disputó sus primeros minutos en partidos amistosos en la Riviera Maya y Monterrey, donde dejó claro desde el inicio que venía con hambre de goles. No tardó mucho en debutar oficialmente: lo hizo en un escenario continental, la semifinal de la Copa Libertadores ante Internacional de Porto Alegre.
En ese torneo anotó su primer gol como auriazul y contribuyó al histórico pase a la final, convirtiéndose en parte de la tercera generación de equipos mexicanos que alcanzaron dicha instancia, luego de Cruz Azul en 2001 y Chivas en 2010. Aquel logro no solo representó un hito para Tigres, sino también reafirmó el crecimiento del fútbol mexicano en el continente.
Su primer gol en la Liga MX llegó en el Apertura 2015 contra Chivas, y poco después firmó su primer hat-trick ante Chiapas. Cerró esa campaña con 16 anotaciones y fue pieza clave en la Liguilla que le dio a Tigres el título del Apertura 2015, tras una épica final frente a Pumas.
Desde entonces, Gignac no solo se convirtió en el rostro de Tigres, sino en el máximo goleador en la historia del club, referencia de la Liga MX y símbolo de una época dorada para la institución. Cinco títulos de liga, campeonatos internacionales y más de 200 goles después, su llegada sigue siendo recordada como uno de los fichajes más trascendentes en el futbol mexicano.
Un amor que cruzó fronteras
Aquel 18 de junio de 2015 no solo cambió la historia de Tigres; también marcó el inicio de una relación inquebrantable entre un francés y una afición que lo adoptó como uno de los suyos. Diez años después, André-Pierre Gignac no solo dejó huella con sus goles, sino con su entrega, su carisma y su amor por la camiseta.
Porque Gignac no vino a retirarse a México: vino a escribir leyenda. Y lo logró. Con cada gol, cada festejo, cada clásico regio y cada título, construyó una historia que hoy se cuenta con orgullo en cada rincón del Volcán.
Y aunque el tiempo avanza y las etapas se transforman, hay algo que permanece: el rugido eterno del ‘10’ que se atrevió a creer, a cruzar el océano y a convertirse en inmortal.