Gerónimo Barbadillo entrega el histórico número 7 a Ángel Correa en el entrenamiento de Tigres

Gerónimo Barbadillo, leyenda de Tigres, visitó el Volcán para entregar simbólicamente el dorsal 7 a Ángel Correa, nuevo refuerzo felino. Un encuentro cargado de historia, emoción y camaradería.

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San Nicolás de los Garza.- El entrenamiento de Tigres tuvo un toque especial este viernes con la presencia de Gerónimo Barbadillo, figura histórica del club y referente del fútbol peruano en los años 80. El exjugador, quien defendió la camiseta felina entre 1981 y 1986, visitó la cancha del Estadio Universitario para conocer en persona a Ángel Correa y entregarle el emblemático número 7 que él portó durante su etapa en la institución.

Barbadillo no solo se limitó a la ceremonia simbólica. Aprovechó la visita para conversar con varios integrantes del plantel y desearles el mayor de los éxitos en la recta final de la temporada. Entre los momentos destacados, se le vio charlar de forma cercana con Nahuel Guzmán, André-Pierre Gignac y Guido Pizarro, actual entrenador del equipo.

En las imágenes del encuentro, se aprecia a Ángel Correa recibiendo el saludo y el respaldo de la leyenda felina, ambos de pie sobre el césped del Volcán, con el fondo de las gradas auriazules. Otra fotografía muestra a Barbadillo dialogando con Gignac y Pizarro, en una escena cargada de camaradería. Finalmente, una tercera captura retrata un cálido abrazo entre el peruano y Nahuel Guzmán, símbolo de la conexión entre generaciones en el club.

Ángel Correa, reciente refuerzo de Tigres, vivió así un momento especial en su adaptación al equipo, recibiendo el legado de un dorsal con historia y el reconocimiento de uno de los ídolos que ayudó a construir la identidad del club.

Barbadillo, conocido como “Patrulla”, fue uno de los jugadores más desequilibrantes de su época. Con Tigres conquistó el campeonato de Liga en la temporada 1981-82 y dejó una huella imborrable entre la afición por su velocidad, técnica y capacidad para marcar diferencias en el ataque.

El número 7, que en su momento también portaron figuras como Walter Gaitán y Lucas Lobos en la Copa Libertadores, vuelve a adquirir un significado especial con esta entrega simbólica a Correa, quien tendrá ahora la responsabilidad de honrarlo en la cancha.

Este gesto refuerza la unión entre el pasado y el presente del club, recordando que la grandeza de Tigres se construye no solo con títulos, sino también con la transmisión de valores y el respeto por su historia.

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