San Nicolás de los Garza.- Cuando se habla de líderes en la historia de Tigres, es inevitable pensar en Juninho. Capitán, referente y símbolo de una de las etapas más exitosas del club, el defensa central brasileño –naturalizado mexicano– se convirtió en una figura entrañable para la afición auriazul.
Anselmo Vendrechovski Júnior llegó a la institución en el Apertura 2010, en medio de una etapa crítica en la tabla porcentual. Lo que siguió fue una transformación: en casi nueve años, disputó 310 partidos oficiales y anotó 39 goles, una cifra que lo coloca como el defensa más goleador en la historia de los felinos.
Un defensor goleador
No sólo fue contundente en su área, sino también letal desde los once pasos. Su liderazgo se tradujo en títulos: cuatro campeonatos de Liga MX (2011, 2015, 2016 y 2017), una Copa MX (2014), tres Campeón de Campeones y una Campeones Cup. Todo eso lo logró portando siempre la camiseta de Tigres, hasta su retiro en el Apertura 2018.
Su adiós se dio el 5 de diciembre de 2018, pero su legado continúa presente en cada generación.
Un gesto que quedó en la memoria
El día que Tigres ganó el título en casa del acérrimo rival, en 2017, fue Juninho tenía que alzar el trofeo, pero decidió darle la gloria a otro ídolo, Damián Álvarez, quien finalmente levantó la copa.
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De origen brasileño y ascendencia polaca, Juninho encontró en San Nicolás un hogar. Más que un defensa central, fue un ejemplo de profesionalismo, temple y compromiso.
Hoy, su figura sigue vigente en la memoria de quienes gritaron sus goles y escucharon su voz de mando inquebrantable en los Clásicos Regios y Finales.