Hawái. – Tras permanecer 40 años dormido, el volcán Mauna Loa, en Hawái, despertó e hizo erupción la noche del domingo 27 de noviembre, arrojando lava, cenizas y demás gases que estarían llegando a México próximamente.
Este panorama fue mostrado por el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus (CAMS por sus siglas en inglés), que a través de un mapa dejó ver que cierto dióxido de azufre (SO2) emanado del Mauna Loa estaría tocando algunas regiones del noroeste mexicano, puntualmente de los estados de Baja California Norte y Sur.
Si bien el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) ha dicho que la situación podría cambiar en cualquier momento, los especialistas continuarán monitoreando los niveles de SO2 sobre el Pacífico alrededor del Mauna Loa a medida que evoluciona la erupción.
En cuanto a la columna de dióxido de azufre, refiere CAMS que la altura total de la columna alcanza un aproximado de 5 kilómetros, y que se estaría disipando en un tiempo estimado de cinco días.
¿Qué consecuencias traería este fenómeno?
El disparo de dióxido de azufre que sufrirían algunas regiones de Norteamérica terminaría por generar altos niveles de contaminación y por ende una mala calidad del aire.
“La erupción podría causar condiciones de cenizas en el aire y niveles de dióxido de azufre que aumenten y fluctúen en varias áreas del estado. Las condiciones están cambiando rápidamente y la mala calidad del aire puede estar muy localizada”, señala la advertencia.
Al momento, la erupción permanece restringida al área de la cima del volcán y no ha representando ninguna amenaza a las áreas pobladas, sin embargo, a modo de prevención, los residentes ya han sido puestos en estado de alerta, sin enviar aun la recomendación de desalojo.
El volcán Mauna Loa es el volcán activo más grande del mundo, con 4 mil 169 metros de altitud y una superficie estimada de más de 5 mil 200 kilómetros cuadrados.