Italia.- El papa Francisco ha reconocido las "virtudes heroicas" del sacerdote colombiano Jesús Antonio Gómez Gómez, conocido como padre "Toñito", lo que supone el primer paso en el proceso de canonización, informó hoy la Santa Sede.
El sacerdote, nacido el 26 de marzo de 1895 en El Santuario, en Antioquía, y fallecido en Medellín el 23 de marzo de 1971, dedicó su vida a la instrucción espiritual de sacerdotes y curas y creó una fundación para ayudar a los pobres.
El pontífice argentino, el primer latinoamericano de la historia, ha declarado sus "virtudes heroicas", lo que en la práctica inaugura formalmente el proceso hacia los altares.
El camino hacia la santidad tiene varias etapas: la primera es ser declarado venerable siervo de Dios, la segunda beato y la tercera santo.
Venerable Siervo de Dios es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce "haber vivido las virtudes de manera heroica", como el caso del padre "Toñito".
Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión, como este caso, y para que sea canonizado, hecho santo, se precisa un segundo milagro obrado "por intercesión" después de ser proclamado beato.
¿Quién era el padre Toñito, según el Vaticano?
Jesús Antonio Gómez Gómez se puso al servicio del pueblo de Dios que se le había confiado, buscando su bien y haciendo todo lo posible para favorecer la santificación de los fieles, los seminaristas y los sacerdotes.
Se implicó con pasión en la formación de los jóvenes, ayudándoles en su discernimiento vocacional y apoyando generosamente a los pobres. Afrontó las dificultades y los obstáculos con serenidad, confianza en la Providencia y profunda esperanza.
Su vida fue un servicio ininterrumpido de caridad, realizado sobre todo a través de su ministerio sacerdotal. Su sensibilidad hacia el prójimo le hacía estar dispuesto a escuchar, ofreciendo su apoyo en las dificultades a todos.
Se dedicó con especial empeño al ministerio de las confesiones y la dirección espiritual. Era un consejero valioso y prudente. Llevó una vida humilde y austera, coherente con los principios que profesaba, distinguiéndose por su fidelidad al ministerio.