Washington D.C. – La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) acusó que Estados Unidos desarrollará una nueva generación de armas atómicas donde destaca una bomba con una potencia jamás antes fabricada.
La organización se dijo preocupada, y es que señaló que al artefacto explosivo sería 22 veces más peligroso que la bomba lanzada en 1945 en Hiroshima, Japón, y que cobró la vida de 140 mil personas.
La directora ejecutiva de ICAN, Melissa Parke, además de tachar de irresponsable la acción, mencionó que es un acto de irresponsabilidad cuando en frente se tienen al menos dos conflictos bélicos en desarrollo.
“Anunciar estos planes en medio de conflictos en Europa y Oriente Medio en los que participan países con armas nucleares (Rusia e Israel) es un acto arrogante frente a los esfuerzos por que estas armas de destrucción masiva no se vuelvan a utilizar”, dijo.
Parke lanzó una exigencia al Gobierno Estadounidense para que aborte el desarrollo de este tipo de armas, considerando que es un acto que se traduciría a un crimen de guerra.
"Exigimos a Washington que cancele estos programas de modernización, y que en lugar de ello honre sus compromisos con el Tratado de No Proliferación, iniciando conversaciones hacia el desarme nuclear. Supondría matanzas indiscriminadas de civiles y destrucción de infraestructura civil crítica, hechos que constituyen crímenes de guerra", concluyó.
La bomba en cuestión es conocida como B61-13, y en un principio tendría una potencia de 360 kilotones, muy superior a los 16 que tenía la bomba estallada en la Segunda Guerra Mundial hace 78 años.
Es importante mencionar que este artefacto explosivo no sería exclusivo para Estados Unidos, ya que sería repartido en las bases de la OTAN establecidas en Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos y Turquía.