Australia.- Una mujer que arrojó su perrita desde lo alto de un estacionamiento fue condenada a 12 meses de cárcel y se le prohibió tener animales durante 10 años en Australia.
Los hechos ocurrieron en abril del año pasado en el centro comercial de Westfield Whitford City, en la ciudad del mismo nombre y ubicada al norte de Perth, sin embargo, apenas se ha dado a conocer su condena.
De acuerdo al medio New York Post, cámaras de seguridad del lugar captaron el momento de la agresión. Tras lo ocurrido, la mujer de 26 años publicó en su cuenta de Facebook lo que había hecho ya que señaló, no podía "vivir con esa culpa".
"No puedo vivir con la culpa, aventé a mi perra del último piso del estacionamiento de un centro comercial y la vi mientras caía a su muerta segura, pero sobrevivió y tuvo que ser sacrificada debido al daño tan grave que le causé", escribió.
Aunque luego borró el mensaje y señaló a la policía que había sido hackeada, muchos usuarios ya lo habían visto, reprochando la actitud que ésta tomó con su mascota.
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Graban cámaras agresión a perrita
En el video que fue compartido por el medio New York Post se ve a la mujer salir de su vehículo y lanzar a una perrita de nombre Princess, de la raza shih-tzu, desde unos nueve metros de altura.
El animal fue recogido por una persona que pasaba por el lugar y la llevó de urgencia a un veterinario ya que aparentemente también fue atropellada.
Ahí el médico determinó que la perrita estaba en estado conmoción, tenía heridas graves, una posible hemorragia interna, lesiones cerebrales y traumatismos en la columna vertebral y la pelvis.
Gracias a que el animal tenía instalado un microship, el veterinario pudo ponerse en contacto con su dueña, quien finalmente decidió que su mascota fuera sacrificada.
Tras una investigación, se determinó que el novio de la mujer también fue responsable ya que no dio ayuda a la perrita.
El hombre de 23 años fue multado con 2 mil 500 dólares y también le prohibieron tener mascotas durante tres años.
Durante la sentencia, el juez Mark Millington afirmó que la dueña de Princess le había provocado la muerte tras un "acto planeado, deliberado e intencionado" y no había mostrado remordimiento.
"Los perros son muy confiados y dependen de sus dueños para mantenerse a salvo. No se me ocurre una traición más repugnante a esa confianza", dijo el inspector Kylie Green.