Estados Unidos.- Para Estados Unidos y Ucrania no hay duda, la rebelión del grupo militar privado Wagner, antiguo aliado de Moscú, es una muestra de la debilidad y las grietas en la autoridad del presidente soviético Vladimir Putin.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo ayer que el caótico sábado en el que el jefe del grupo de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, se rebeló abiertamente e hizo marchar sus tropas hacia Moscú, deja al descubierto “auténticas grietas” en la autoridad de Putin.
La normalidad va regresando a Rusia y los combatientes de ambos bandos regresan a sus cuarteles. Se han ido levantando las restricciones de carreteras y Moscú, aún en alerta “antiterrorista”, también va volviendo a la normalidad.
Se desconoce el paradero de Prigozhin, a quien se le vio por última vez el sábado saliendo de Rostov. El acuerdo alcanzado con el Kremlin implica que el magnate no será procesado y se exiliará en Bielorrusia.
El ministro de Defensa ucraniano Oleksii Reznikov habló ayer por teléfono con su homólogo estadounidense Lloyd Austin, y contó que coincidieron al calificar a las autoridades rusas como “débiles”.
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Además, dijo, han estado de acuerdo en que las cosas están avanzando “en la dirección correcta”.
En un breve resumen de la llamada, Reznikov detalló que también han abordado la contraofensiva de Ucrania y los pasos para fortalecer las Fuerzas Armadas de este país.
“Estamos de acuerdo en que las autoridades rusas son débiles y que retirar las tropas rusas de Ucrania es la mejor opción para el Kremlin”, tuiteó Reznikov.
La televisión estatal rusa Rossiya difundió ayer una entrevista con el presidente ruso Vladimir Putin, que fue grabada el 21 de junio, antes del motín del grupo Wagner.
En ella Putin afirma que sigue confiando en la “operación militar especial” en Ucrania.