Bolivia.- El asesinato de María Lindaura Vega Jaldín, de 64 años, y su hija, Miranda Lucía Tejada Vega, de 22 años, causó una gran conmoción en Bolivia debido a la crueldad con la que fueron privadas de su vida.
De acuerdo a medios internacionales, ambas mujeres fueron asesinadas por Gabriel Edmundo Montalvo Rodríguez, quien rentaba la casa de las víctimas desde 2014.
Las autoridades dieron a conocer que el agresor planeó durante cuatro meses el asesinato y pensó que jamás sería descubierto.
Gabriel Edmundo Montalvo, de 50 años, y Wilfredo Luis Santos, de 31 años, fueron condenados a 30 años de prisión por el doble asesinato en el penal de Chonchocoro en La Paz.
La desaparición de María Lindaura y su hija
Las mujeres desaparecieron el domingo 4 de febrero. Su familia intentó comunicarse con ellas pero al no tener respuesta dieron aviso a la policía.
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Cuando las autoridades llegaron a la casa de las víctimas encontraron sus documentos personales, como cédulas de identidad y pasaportes, así como sus billeteras. Esto descartó la posibilidad de que hubieran salido de viaje.
La policía revisó las cámaras de seguridad del lugar y tras observar más de 50 horas de material audiovisual se percataron que ellas salieron de su hogar el domingo alrededor de las 21:55.
El agresor Gabriel Edmundo Montalvo Rodríguez también fue entrevistado por las autoridades y desde el principio se mostró colaborativo y aparentaba estar afectado por la desaparición de las mujeres.
Sin embargo, la sospecha hacia él creció cuando se dieron cuenta que manipulaba la conexión a internet para que los funcionarios no obtuvieran todas las imágenes de las cámaras de seguridad.
¿Por qué mató a las mujeres?
Según las autoridades María Lindaura trabajaba en el rubro inmobiliario y manejaba grandes sumas de dinero.
Sin embargo, lo que habría detonado el homicidio fue que Gabriel se molestó con María porque en junio de 2023, ella le pidió que desocupara el inmueble porque lo iba a utilizar para otros fines.
Fue en ese momento que el sospechoso contrató a un albañil para que lo ayudara a matar a las dos mujeres.
El crimen se cometió cuando María se quedó de ver con el albañil y Gabriel; ambos la estrangularon y luego hicieron lo mismo con la hija.
Los cuerpos de las víctimas fueron colocados en bolsas y cargados en un vehículo. Se descubrió que los agresores habían estampado los pulgares de las víctimas en hojas para posiblemente utilizarlos con fines económicos, como transferencias de propiedades, entre otros actos que están siendo investigados.