Beirut, Líbano.- El Ejércíto israelí llevó a cabo un bombardeo en los suburbios de la capital del Líbano, el cuál estaba dirigido contra Fuad Shukr, un comandante del grupo armado Hezbolá, quien fue responsabilizado por Israel de un ataque con cohetes el sábado en los Altos del Golán, que mató a 12 menores de edad.
Israel indicó que había realizado un ataque "selectivo" contra el dirigente de Hezbolá. Sin embargo, un civil murió y al menos 17 personas (entre ellas seis menores), resultaron heridas como resultado de los ataques, informó el canal de televisión libanés Al Jadeed.
Israel ya había prometido responder "con dureza" a ese ataque en el que un cohete impactó en un campo de futbol donde jugaban niños y adolescentes.
"Por el momento, no hay cambios en las directrices defensivas del Mando del Frente Interior", dijeron las Fuerzas de Defensa Israelí. "Si se realiza algún cambio, se publicará una actualización".
El Ejército israelí confirmó haber eliminado al comandante Fuad Shukr, "el jefe militar de mayor rango" de Hezbolá y asesor cercano del líder de la organización Hasán Nasrallah.
Te podría interesar
Sin embargo, una fuente cercana al grupo miliciano aseguró que el comandante Fuad Shukr, que dirige las operaciones del movimiento islamista contra Israel en el sur de Líbano, sobrevivió al bombardeo en los suburbios de Beirut. Shukr, "que usa el nombre de guerra Mohsen Shukr, sobrevivió al ataque israelí", dijo la fuente, que pidió el anonimato.
En tanto, miembros de la Defensa Civil Libanesa participaron en operaciones de rescate tras la incursión en el suburbio sur, y los heridos fueron trasladados a hospitales de la zona.
El ministro de Asuntos Exteriores, Abdullah Bou Habib, condenó la agresión israelí y aseguró que presentará una denuncia ante las Naciones Unidas. A través de una nota en su cuenta de X, el Consejo de Ministros anunció la celebración mañana de una sesión para discutir los acontecimientos urgentes.
El Frente Democrático para la Liberación de Palestina declaró que el acto agresivo israelí es un crimen de guerra flagrante, ya que tuvo como objetivo a civiles pacíficos que se encuentran bajo la soberanía del Líbano y la protección de su gobierno legítimo.