Washington, DC.- La obispa de la Iglesia Episcopal, Mariann Edgar Budde, rogó este martes al nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tener "piedad" de las personas homosexuales y de los migrantes pobres, dos grupos contra los que el neoyorkino firmó decretos presidenciales.
Lo anterior, durante el oficio que clausura su investidura como presidente de la nación, en la Catedral Nacional de Washington, desde cuyo púlpito, la obispa abogó por la comunidad LGBT y también por los migrantes.
"Le pido que tenga piedad, señor presidente", dijo la obispa, que habló del "miedo" que, según ella, se siente en toda la Unión Americana.
"Hay niños gays, lesbianas y transgéneros en familias demócratas, republicanas e independientes", sostuvo.
"Las personas que recogen nuestras granjas y limpian nuestros edificios de oficinas, que trabajan en granjas avícolas y plantas de envasado de carne, que lavan los platos después de comer en los restaurantes y trabajan en los turnos de noche en los hospitales (...) pueden no ser ciudadanos o no tener la documentación adecuada. Pero la gran mayoría de los migrantes no son delincuentes", afirmó Mariann Edgar Budde.
Pero el presidente de extracción republicana no se esperaba esas críticas y miró a la obispa con un semblante bastante serio. Su familia y el vicepresidente JD Vance parecían igualmente sorprendidos y disgustados por la intervención de la dirigente religiosa.
Momentos más tarde, Trump se limitó a calificar el oficio religioso como "no fue demasiado emocionante, podrían hacerlo mucho mejor", consideró el presidente de los Estados Unidos.
Entre las decenas de órdenes ejecutivas firmadas a última hora del lunes por Donald Trump, figuran medidas para suspender la llegada de solicitantes de asilo y expulsar a los migrantes que se encuentran en el país de forma ilegal. También decretó que solo se reconocerán dos sexos: el masculino y el femenino, pero no el transgénero.
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