París.- La pascalina, el artilugio con ruedas y engranajes ideado en el siglo XVII por el gigante intelectual Blaise Pascal, se ha vuelto el centro de una disputa legal que resalta la importancia histórica de esta máquina aritmética, considerada el origen de la informática moderna, El ejemplar, una pieza única diseñada para topografía, fue retirado de la subasta de la colección de Léon Parcé ante la protesta de la comunidad científica.
La venta programada para el 19 de noviembre fue impedida por un recurso legal de emergencia que buscaba revocar la licencia de exportación otorgada por el ministro de Cultura francés.
Blaise Pascal (1623-1662) fue uno de los grandes polímatas de la historia, con contribuciones fundamentales a la física (con la Ley de Pascal), las matemáticas (el triángulo de Pascal y la teoría de la probabilidad) y la filosofía. La pascalina nació de una necesidad personal: ayudar a su padre, un funcionario de la administración financiera, con la carga contable.
En 1645, Pascal presentó su máquina que era capaz de realizar sumas y restas mediante un sistema de ruedas dentadas y engranajes. El desafío central fue crear un mecanismo de acarreo: cómo llevar el uno de una columna de unidades a la siguiente de decenas. Pascal solucionó ese problema mecánico, asegurando en su manual: "Esta máquina libera al usuario de esta molestia... y lo alivia de la deficiencia de memoria". En 1649, Pascal obtuvo el equivalente de una patente del rey Luis XIV, convirtiéndola en la primera máquina de cálculo protegida del mundo.
Batalla por el Tesoro Nacional
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La pieza que iba a salir a subasta era particularmente especial: "es la única diseñada para topografía; funciona con unidades de medida apropiadas (brazas, pies, pulgadas, líneas)". El Instituto de Francia publicó un artículo en Le Monde defendiendo que la pascalina "convirtió a Francia en la cuna de la aventura informática".
Finalmente, el tribunal administrativo de París bloqueó temporalmente la autorización de exportación que había otorgado el ministro de Cultura. El juez concluyó que había "serias dudas" sobre la legalidad del certificado y dictaminó que la máquina "probablemente sería clasificada como 'tesoro nacional' según la definición del código del patrimonio". Al menos por ahora, el prototipo de la calculadora se queda en suelo francés.
