Los Ángeles. - Este viernes 11 de abril de 2025, Lyle y Erik Menéndez enfrentan una audiencia crucial en Los Ángeles, buscando una nueva sentencia que podría abrir la posibilidad de su liberación tras más de tres décadas en prisión.
Esta audiencia ha despertado gran expectativa tanto entre los seguidores del caso como en la opinión pública, que ha seguido de cerca su desarrollo desde finales de los años 80.
Los hermanos fueron condenados en 1996 a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional por el asesinato de sus padres, José y Kitty Menéndez, ocurrido en 1989 en su lujosa residencia de Beverly Hills.
El crimen conmocionó a la sociedad estadounidense por su brutalidad y por tratarse de una familia acaudalada, lo que dio lugar a una cobertura mediática intensa y prolongada.
Durante el juicio, la defensa argumentó que los hermanos actuaron en defensa propia tras años de abuso sexual, físico y psicológico ejercido por su padre, un exitoso ejecutivo de la industria del entretenimiento.
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Afirmaron que vivían bajo un ambiente de miedo constante.
Por su parte, la fiscalía argumentó que el móvil del crimen era económico, ya que los jóvenes heredarían millones de dólares.
En los últimos años, el caso ha recobrado notoriedad gracias a documentales, series y entrevistas que han ofrecido nuevas perspectivas y testimonios.
Recientemente han surgido pruebas y declaraciones de antiguos compañeros de escuela que aseguran haber recibido confesiones de los abusos por parte de los Menéndez antes del asesinato, lo que ha motivado a sus abogados a solicitar una revisión de la sentencia.
No obstante, la fiscalía actual ha retirado su apoyo a esta moción, lo que complica las posibilidades de una reducción de condena.
A pesar de ello, la audiencia de hoy representa una oportunidad significativa para los hermanos, quienes desde prisión han mantenido la esperanza en una eventual liberación.