Estados Unidos.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció ayer la designación del movimiento antifascista Antifa como una “gran organización terrorista”, calificándola de “un desastre radical de izquierda, peligroso y enfermo”.
Trump indicó en su cuenta de Truth Social que también recomendará investigar a quienes financien a Antifa “de acuerdo con los más altos estándares legales”.
La medida se produce tras el asesinato del activista conservador Charlie Kirk el pasado 10 de septiembre.
El mandatario, que se encuentra en un viaje oficial en Reino Unido, agregó que su decisión busca proteger a los ciudadanos y subrayó que cualquier acción violenta atribuida a Antifa será tratada con todo el peso de la ley.
En su publicación el republicano no dejó claro qué mecanismo usaría para hacer la designación, ya que Antifa es una red muy descentralizada en EU que aglutina activistas que se definen como anarquistas, anticapitalistas o comunistas que carece de un liderazgo definido, lo que hace incierto quién o qué sería exactamente el objetivo.
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En otros hechos, críticas a Charlie Kirk desatan censura y despidos en EU
La muerte del comentarista conservador Charlie Kirk en un evento en Utah ha desatado una ola de despidos, investigaciones y advertencias oficiales contra quienes lo criticaron o se burlaron de su asesinato.
Autoridades educativas, medios y organismos gubernamentales de Estados Unidos han tomado medidas enérgicas contra lo que consideran comentarios inapropiados.
El vicepresidente J.D. Vance ha respaldado las acciones, instando a los ciudadanos a denunciar a quienes celebran el crimen.
En Texas, la Agencia Educativa del estado investiga a más de 180 profesores por publicaciones “inapropiadas”, y el Departamento de Estado ha advertido que revocará las visas de extranjeros que glorifiquen o se mofen del asesinato en redes sociales.
La censura se ha extendido al sector privado, donde entre 30 y 60 personas han sido despedidas.
Entre los casos más notables se encuentran el de la columnista Karen Attiah, del Washington Post, y el analista de MSNBC, Matthew Dowd, quienes fueron separados de sus cargos por sus comentarios críticos.