Monterrey.- Aunque el presupuesto 2023 incluye recursos federales para la construcción de proyectos hídricos que eviten otra crisis del agua, todavía falta contemplar partidas enfocadas a acciones para restablecer los acuíferos de la entidad, consideró el ambientalista Guillermo Martínez Berlanga.
En entrevista con ABC Noticias, el activista en pro del ambiente, consideró que se debe enfatizar en un “presupuesto verde” para combatir la contaminación, inundaciones e incluso las sequías que se registraron el año pasado, debido a que no se tiene un pronóstico “muy halagador” sobre la llegada de lluvias para este año 2023.
De acuerdo al presupuesto entregado el pasado lunes por el tesorero del Estado, Carlos Garza Ibarra al Congreso de Nuevo León, se contemplan recursos para la Presa La Libertad por mil 118 millones de pesos y 2 mil 178 millones para la construcción del acueducto Cuchillo II, factores que deberán complementarse a decir del experto en temas ambientales.
“Se repiten errores del pasado, porque en el presupuesto, en ningún renglón se menciona cómo van a proteger a los acuíferos, cómo se van a cuidar o recargar, tampoco nos dicen cuántos millones de árboles van a sembrar para poder restablecer el ciclo del agua, porque Nuevo León ya se convirtió prácticamente de un Estado semidesértico a desértico”, declaró el activista.
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Martínez Berlanga destacó que tampoco se han reestablecido los consumos masivos de agua de las grandes empresas, y tampoco se les ha puesto ningún control, lo cual debe de tomarse en cuenta ante la demanda de agua que tiene la industria local, lo cual volvería a ser factor de riesgo ante un eventual desabasto.
“En lugar de estar cantando victoria, tendríamos que estar advirtiéndole a la gente que en el mes de marzo va haber escasez otra vez, no sé si sequía, pero sí habrá escasez, y el presupuesto tendría que ser reasignado porque estamos cometiendo justamente los errores que se cometieron en el tema hídrico”, declaró el ecologista.
También apuntó que el déficit de pulmones urbanos provoca que no se pueda descarbonizar el aire, y por lo tanto no se permita un proceso para poder limpiar la contaminación, cuestión que reiteró es un tema que sigue pendiente pese a las participaciones de gobiernos municipales y estatales en cumbres climáticas.
“Ellos (el Gobierno) no están tomando los efectos del cambio climático, las temperaturas extremas, la sequía o las inundaciones, que si viene una lluvia torrencial no tenemos árboles suficientes que detengan la corriente del agua y vamos a tener inundaciones, y no se van a recargar las presas por decreto, no con declaraciones, tenemos que cambiar de estrategia”, agregó.
Ante este panorama pidió que se refuercen las acciones para racionalizar el agua y dando prioridad a su consumo, al considerar que se sigue desperdiciando al seguir casos exitosos como en otras partes del mundo como Arizona, Glasgow, Egipto o Paris, que han priorizado una agenda verde.
“En la sequía el hospital Muguerza estuvo metiendo hasta tres pipas diarias de 10 mil litros para dar servicio, además de que en esa época guardaron como secreto de estado que había pasado con los acuíferos, si se sobreexplotaron, si se colapsaron o si se abatieron”, expuso el especialista.
Se debe abatir la deficiencia de arbolado
Guillermo Martínez Berlanga agregó que sigue existiendo un importante déficit de áreas verdes, que de acuerdo a estimaciones del ahora secretario de Medio Ambiente en la entidad, Alfonso Martínez Muños, se estima en cuatro millones de árboles en la entidad, de los cuales un millón deberían estar en la zona metropolitana.
Asimismo, detalló que también hacen falta mil 700 hectáreas de áreas verdes, lo cual equivale a unos 14 parques Fundidora en Nuevo León para beneficio de todos los habitantes al proporcionar ambientes más favorables para su calidad de vida.
“Es para el bien de todos y para sanar la ciudad, para resolver el problema del agua, si tenemos un presupuesto verde bien manejado resolvemos muchos problemas; contaminación inundaciones, sequías, calidad de vida, menos estrés, menos pandillerismo al tener a los jóvenes fuera de las calles, es como una gran medicina”, agregó el ecologista.