Monterrey.- Clara-mente se equivocó Shakira al afirmar que las mujeres facturan, o al menos no en el caso de la mayoría de las mexicanas, donde factores como la brecha salarial, el trabajo doméstico, la labor de cuidadoras y bajos esquemas de acceso a productos financieros se lo impiden.
Datos de la más reciente Encuesta de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revela que hasta noviembre de 2022, 23.9 millones de mujeres formaron parte de la población ocupada, de la cual más del 56 por ciento estaba ligada a la informalidad.
Aunque lo anterior no quiere decir que el resto de las mujeres no aporten a la economía nacional, al menos sí están fuera de la facturación hacendaria.
Para el cuarto trimestre de 2021, según los Informes mensuales sobre el comportamiento de la economía, las mujeres dedican 21.7 horas por semana a realizar quehaceres del hogar.
Ese aporte que hacen las mujeres para la limpieza y el mantenimiento de una vivienda, en la administración del hogar y las labores de cuidado representaron en el 2021 un monto por 6.8 billones de pesos, que las mujeres generan, pero que nadie les reconoce y mucho menos se les factura.
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Ese aporte representa para muchas mujeres la realización de una segunda jornada laboral, que le resta oportunidades de crecimiento y superación que priva de escalar a una mejor posición y por ende a mayores ingresos, lo cual generalmente no ocurre con hombres.
Brecha salarial
Por cada 100 pesos que un hombre recibe por su trabajo, la mujer recibe 12 pesos menos y aunque es una cifra más baja a las registradas en años previos, la realidad es que en pleno 2023, las mujeres siguen cargando con más trabajo y menos salario por el hecho de nacer mujer.
“La brecha salarial y la discriminación laboral, está muy ligada al trabajo doméstico que realizan las mujeres y con todas las labores del cuidado” advierte la feminista Guadalupe Elósegui al señalar que las barreras invisibles del llamado ‘techo de cristal’ siguen mermando la participación de la mujer en múltiples espacios.
Para derribar los limitantes que frenan a las mujeres, se requiere, dice la activista, "que el Estado reconozca esa doble y esa triple jornada que tenemos las mujeres y nos faciliten los tiempos para que podamos desarrollarnos como es debido”, y cuestiona, “¿dónde están las guarderías, dónde están las casas de medio camino, dónde están las estancias infantiles, las casas de cuidado de personas mayores (…) seguimos siendo las responsables exclusivas del cuidado y mientras eso no cambie, no va a haber ninguna ventaja ni ningún beneficio para nosotras”.
Acceso financiero
Si hablamos de inclusión financiera, es decir, el uso y acceso a servicios formales de productos relacionados con las finanzas personales como el tener cuenta bancaria, un seguro, un fondo de ahorro para el retiro y créditos con instituciones de la banca comercial, las mujeres nuevamente tienen desventaja ante los hombres.
Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (Enif 2021) de INEGI, las mujeres tienen 12.4 puntos porcentuales menor acceso que los hombres a productos financieros.
Y aunque personas como el especialista en finanzas personales, Rolando Talamantes, afirma que esto ha sido motivo de acción para las instituciones financieras, quienes han ido poco a poco incorporando productos especializados.
“Algunas instituciones han desarrollado proyectos con productos financieros para las mujeres” llámese tarjetas de crédito, tarjetas personales, tarjetas de débito con algunos diferenciadores y lo que buscan es darle un poquito de peso a que la mujer se involucre más en finanzas personales”, señala.
Sin embargo, aún hay importantes pendientes en la materia, afirma Guadalupe Elósegui, quien advierte un estancamiento para las mujeres en el mundo empresarial, pues ejemplifica que cuando se habla del empoderamiento de las mujeres, “la capacitación que se les ofrece es para que pongan uñas o para que hagan manzanas acarameladas”, y eso lo único que hace, dice, es recordarles la informalidad.
“A las mujeres se nos proporciona menos recursos financieros que a los varones. Se dice que los microcréditos son ideales, ¿por qué no nos dan los grandes créditos?, ¿Por qué no abren las grandes carteras los bancos? Se ha mostrado que somos buenas pagadoras, muy cumplidas con los compromisos financieros… muy pocas mujeres tienen acceso a los grandes productos financieros”, señala.
El reto, advierte la activista, es que todos, gobiernos, empresas y familias impulsen el reconocimiento de los derechos de las mujeres.
Tenencia de productos financieros por género en 2021
Producto Mujer Hombres
Producto de captación (cuenta bancaria) 43% 56%
Crédito bancario 18% 24%
Seguro 16% 26%
Cuenta de ahorro para el retiro 31% 49%
Fuente: Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2021
Evolución de la brecha salarial de género
2018 13.1%
2019 13.6%
2020 14.4%
2021 12.2%
Fuente: Enoe de Inegi