Monterrey.- Hace aproximadamente 95 millones de años, la zona de Vallecillo era mar y la naturaleza siguió su curso generando fósiles, los cuales a partir de este viernes formarán parte de la exposición “Fuimos mar Vallecillo Cretácico, Nuevo León" en el Museo del Noreste (Mune).
Con el impulso de Mauricio Fernández Garza, con acceso gratuito lo que queda de diciembre, los visitantes podrán disfrutar de 50 nuevas variedades de fósiles marinos, de los cuales a penas cinco han sido nombrados, señaló el exalcalde sampetrino tras la inauguración.
Considerada única en el mundo, la exhibición temporal, realizada en colaboración del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y de un grupo de científicos, ha clasificado e inventariado 235 piezas de fósiles provenientes de las canteras de la región de Vallecillo.
Esta muestra reviste el interés cultural y paleontológico que contribuye al estudio y la interpretación de la historia de la vida y evolución en Nuevo León y del planeta.
“El municipio de Vallecillo era el mar interior y tenía características que permitieron la fosilización de los especímenes: No había oxígeno; las algas y polvo iban tapando a las criaturas, al cabo de millones de años se consolidaron y fosilizaron”, detalló Fernández Garza en su mensaje.
El exalcalde sampetrino detalló los retos que ha implicado trabajar al respecto, así como el desafío que queda por delante para describir a las nuevas especies que fueron encontradas en la zona.
Los especialistas han identificado más de 20 especies procedentes de las lajas cretácicas de Vallecillo, como tiburones, rayas, holósteos -peces óseos primitivos- y teleósteos -peces óseos actuales-. También se han descubierto celecántidos, es decir, especies de fósiles “vivientes”.
Cabe destacar que los trabajos de la investigación, clasificación y selección de los ejemplares es curaduría de los científicos Arturo Homero González, José Manuel Padilla Gutiérrez y Wolfgang Stinnesbeck.
Por otra parte, Mauricio Fernández Garza lamentó que en México no haya una legislación suficiente que proteja las investigaciones y labor paleontológica, al señalar que hay quienes extraen piezas sin el cuidado necesario e incluso las venden por internet ante la falta de regulación.