Monterrey.- El emblemático barrio de La Purísima representa la convivencia familiar, pasear por su plaza, probar los tradicionales elotes, tortas o hot dogs, algo que no sólo disfrutan quienes viven en sus alrededores.
Y es que el emblemático sector, que nació en el siglo XVIII cuando se empezaron a edificar casonas alrededor de la iglesia del cual toma su nombre, es visitado por personas de toda el área metropolitana que gustan de disfrutar los paseos familiares, de pareja, amigos o que estudian o trabajan cerca.
En un recorrido realizado por ABC Noticias, algunos ciudadanos consideraron que todavía se puede disfrutar de esta zona y se ha visto la presencia de autoridades con la torre móvil de seguridad frente a la iglesia, además de ser un distrito rodeado de escuelas.
Doña Margarita Álvarez comentó que hace 30 años trabajaba en unos laboratorios y que al paso de los años la zona ha cambiado, principalmente en vialidad y movilidad, aunque también sigue siendo un sitio tranquilo.
“La iglesia y la plaza siguen iguales, todavía está tranquilo para venir a dar la vuelta y disfrutar algo de la comida, un elotito o un helado, también se ve que hay vigilancia y hay muchos comercios que hacen que venga más gente”, comentó.
“Aprovechamos cuando mi hija sale de sus clases de inglés para venir por un hot dog o probar algo antes de regresar a casa, es un ambiente tranquilo todavía”, señaló Mauricio Sáenz, quien acude seguido a este barrio.
La vocación comercial y los nuevos desarrollos verticales, como las torres Semillero I y II de usos mixtos, han venido a inyectar más vida a la zona, aunque también más tráfico, no sólo en horas pico.
De acuerdo a la “Guía de barrio La Puri”, realizada por emprendedores del área, existen al menos 95 distintos negocios, desde restaurantes hasta universidades de prestigio como UNICA en el polígono comprendido entre Venustiano Carranza, Aldama, 5 de Mayo y Constitución.
Sin embargo, el sitio se distingue sobre todo por su influencia católica y religiosa, con su emblemática iglesia de Nuestra Señora la Virgen de la Purísima Concepción y la leyenda de la “virgen de la zapatera” que evitó el desbordamiento del río Santa Catarina tras una álgida tormenta.