Monterrey.- Ramón Ayala, Pérez Prado y hasta Celia Cruz se presentaron en el Casino Michoacano, recinto que a finales de los 60 era el deleite en la vida nocturna en Monterrey y luego de un tiempo en ruinas, está por convertirse en un nuevo desarrollo vertical.
Del inmueble que albergó noches de música continua y bailes “con ficha” sobreviven solo escombros, pues trabajadores con el pago retrasado siguen a golpe de mazo derrumbando las columnas que sostenían el sótano.
“El Guapo”, un hombre de 75 años que recoge cartón y le pone monedas al parquímetro, recuerda que el cabaret engalanaba a la Calzada Madero junto a los Cines Florida, Reforma y Lírico, todos desaparecidos.
“Estaba el cine Reforma, tiene como unos meses que lo demolieron, y estaba el Casino Michoacano mero arriba, había un sótano, pa’ bailar (en medio) y arriba, llegaron a estar Celia Cruz, Pérez Prado, venían muchos artistas buenos”, platicó.
El escritor Alfonso Elizondo recuerda que en el Casino Michoacano “coexistían la música popular mexicana triunfadora del momento, la comedia ligera del teatro de la legua (de cómicos), la venta de bebidas alcohólicas, algunas vedettes exitosas, con sus correspondientes coros y bailarines”.
En los alrededores de la Calzada Madero y Emilio Carranza, vecinos de negocios aledaños cuenta que el entorno comenzó a cambiar y se llenó de sexoservidoras, table dances y prostíbulos.
Actualmente, en la malla ciclónica que resguarda las ruinas hay una lona con el permiso de construcción con vigencia de cinco años otorgado por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Sostenible.
El permiso de demolición fue efectivo desde el 14 de junio de 2022 pero no se detalla lo que trabajadores y vecinos confirmaron, la edificación de un nuevo desarrollo.
El historiador Óscar Tamez señaló que la repoblación del centro dará un cambio positivo a la ciudad. Apuntó que autoridades y desarrolladores deberían destinar más espacios a la vocación cultural y replicar el destino que le darán a la maderería “La Victoria” también en Madero, que será biblioteca y centro cultural.
“Que un inmueble que está en abandono y que puede ser albergue de maleantes se convierta en un espacio cultural para conferencias, exposiciones, conciertos, que eso se dé es magnífico. Ojalá los propietarios y autoridades reactivaran otros espacios culturales.
“Esos espacios abonan a la nueva vocación social, familiar, cultural y pasarían de ser un espacio negativo a ser un área 100 por ciento positivos y ojalá pudieran completar muchos espacios más”, destacó el ex presidente de la comunidad de historiadores.