Monterrey. - Entre los casos de violencia obstétrica que se registran en Nuevo León, existen algunos que dejan secuelas no solo en la vida de las madres, sino también de los menores.
Daleth Córdova, una madre de familia que tuvo a su bebé en el Hospital de Ginecología y Obstetricia No. 23 del IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) en julio del 2020, es uno de ellos, ya que su hija sufre las consecuencias de malas prácticas médicas.
“Me provocaron los dolores, en labor de parto pues como me pusieron oxitocina me dejaron directa la intravenosa, no estaba goteando, por lo mismo me dio taquicardia con la niña dentro”, mencionó.
Pese a que la ginecóloga que llevó su embarazo en el mismo hospital había anticipado que se realizaría una cesárea debido al gran peso de la bebé, al momento de parto el cuerpo médico cambió la decisión, con el argumento de que protegían su salud por la pandemia de Covid-19.
“La bebé venía muy grande, ya cuando me pusieron raquea que no salía la bebé, me la jalaron con fórceps, la niña nació morada, no respiró, no lloró, se la llevaron a terapia intensiva, la intubaron, duró como 10 o 12 días intubada”, agregó Córdova.
Debido a las lesiones provocadas a la recién nacida, Ivanna, el personal médico la mantuvo cubierta con un gorro de la cabeza a la nariz para que la familia no lo notara, y se les mencionó que probablemente tendría una vida normal, sin aclarar todo el daño cerebral causado por el parto.
También, y con la excusa de ser en aquel entonces un hospital Covid, la menor nunca fue recibida en “Gine” para seguimientos pediátricos, y fue hasta que se le realizaron estudios en el Hospital Universitario que se le dieron diagnósticos más concretos.
“Ella al nacer pues convulsionó entonces tiene epilepsia, cayó al Universitario por una crisis de epilepsia, ahí mismo le hicieron muchos estudios de genética, porque no había en sí un diagnóstico para ella, entonces toda la lesión que ella tiene es por el sufrimiento del parto”.
Ni a Daleth ni a ningún miembro de su familia, le consultaron forzar un parto natural, por lo que además de la negligencia recibida con la provocación de los dolores, fue víctima de violencia obstétrica.